Mi época y la actual en Barahona: Que gran diferencia
Uno se levantaba temprano en la mañana, era muy difícil que un joven se levantara tarde en los tiempos que me crié, se desayunaba de forma sencilla, pero sabrosa, casi siempre con pan de gloria, pan de agua, huevos criollos fritos o sancochados; un sabroso ponche de huevo de pata y vino tinto; bacalao guisado o arenque con víveres, en ocasiones esto lo hacían con revoltillo de huevos; otros desayunos comunes eran: mondongo, pipián o algo similar.
Luego uno salía de la casa, en mi caso tomaba la calle Padre Billini en dirección al Parque Central, al salir de mi casa, en la Padre Billini # 49 de la ciudad de Barahona, cruzaba la calle a la acera del frente, buscando la sombra, al llegar frente a la casa de la familia González era obligado saludar a doña Chichí, a la profesora Tesalia o algún miembro de esa distinguida familia a quienes siempre le hemos tenido un gran respeto. Al frente de las González estaba Ninian Franco Castillo "La Profe" y su escuelita particular, donde daba clases decenas de niños, allí también vivían sus hermanas Editha y Lina, esta última es la mejor pendolista de Barahona, tiene una letra magnifica.
Luego seguía caminando y llegaba al frente de la casa de don Pedro, el gallero de la traba de don "Miguel El Trquito", quien es una buena persona de nuestro barrio. Luego estaba la casa de Maricusa, donde nos encontrábamos con Purruncho, un hijo de ésta de crianza con Síndrome de Down, que siempre se estaba echando fresco con un cartón, en esa casa se celebraban las famosas fiestas de palo en honor a San Miguel. Desde ahí nos llegaba a los oídos la música de la Barra de Bobita, que estaba en la esquina de la Padre Billini con Mella, y escuchábamos un bolero de Lucho Gatiga, Leonardo Favio u otro artista de esa época. En esa barra la música de la vellonera era suave y nadie en el barrio se quejaba por ruido.
Al cruzar la calle Mella me encontraba con doña Deisy Suero, la reina del ajedrez barahonero, a quien teníamos que saludar obligadamente y escuchar sus consejos y hasta teníamos que jugar un par de partidas del deporte ciencia (ajedrez) para complacerla. Deisy era la secretaria de la Cámara de Comercio. Al frente estaba la pulpería de doña Evelia, mujer muy querida en el barrio por sus don de gente, su honradez y vocación para el trabajo, trabajaba de sol a sol despachando a todos con cariño; todos sus hijos se hicieron profesionales gracias al sacrificio de esa gran señora. Recuerdo con cariño cuando siendo niño ella me daba mi ñapa, lo cual consistía en un poquito de azúcar en la palma de la mano.
Seguía caminando en dirección al parque y encontraba a don Fello Arias en su sastrería, en la casa número 28 de la Padre Billini, a quien saludaba con mucho cariño y respeto. Un hombre que se sentaba en su maquina a coser a las siete de la mañana, tomaba una pausa a las doce y luego continuaba cociendo hasta el anochecer. En esa misma casa estaba la barbería de don Herminio, a quien recuerdo de forma especial por su saludo, fue mi barbero desde niño hasta la adolescencia, uno le decía: "¿Don Herminio, cómo está? y él contestaba: ¿Qué hubo, qué tal? En la mayoría de las veces estaba junto a él su buen amigo don Daniel Olivero.
Al frente estaba la fritura de Albita, muy conocida por los barahoneros y aquellos que visitaban nuestro pueblo, Freddy Beras Goyco era un asiduo visitante a esa fonda cada vez que visitaba Barahona, tuve oportunidad de verlo comiéndose unos deliciosos espaguetis con carne frita, bollitos de harina de maíz, torrejas, entre otras delicias, el plato no lo brincaba un chivo de tanta comida que había en el.
Unos pasos después entraba en territorio de la "Barra de Negrito", donde llegaba a nuestros oídos la música de la vellonera y el festival de boleros continuaba con los grandes interpretes de esa época, para ese tiempo esa barra era administrada por un señor de nombre Velarminio. Ahí, si uno no había desayunado en la casa, podía comprar un sándwich por 15 centavos y una leche batida por 10, el sabor, la calidad e higiene era algo increíble.
Luego cruzaba la calle Sánchez y me encontraba con la "Fantasía de doña Coradia", quien vendía productos para las costureras y sastres, la saludaba y seguía mi camino. Casi al frente estaba la "Ferretería China". Una casa después de la ferretería estaba, bueno, todavía está ahí, el "Hotel Brasil". Al lado de la fantasía estaba la casa de los descendientes de Bobita, donde su hijo Barón tenía una barbería y una cafetería.
Luego del hotel estaba la casa del maestro Benón, un famoso ebanista que hacía tacos de billar, muebles, etc. Al llegar a la esquina de la calle Nuestra señora del Rosario estaba a mano izquierda el negocio de don "Julián El Chino", que vendía deliciosos bizcochos, pastelillos de guayaba, batidos de frutas, Etc. A mí me encantaban los pastelillos y los bizcochos de 5 centavos, que eran cabezones, jugosos y muy deliciosos. En esa área casi siempre me encontraba con "Lelo El Billetero", a quien le voceaba: "Lelo, billete pelao"; Él siempre respondía: "La que está pelá es la creta de tu madre".
En esa misma esquina y justo al frente de Julián había un billar que era propiedad de éste, el cual era atendido por Civin y Ricardito Pérez. Ahí entraba para saludar a los hermanos que atendían el lugar, quienes eran muy amigos de mi padre, en ese lugar nos podíamos encontrar a personas honorables que eran amantes y buenos jugadores de billar, como también se encontraba uno con un par de "tigres" de la época.
Luego cruzaba al Parque Central, ahí me encontraba con "Domingo El Paletero", un par de mudos que tenían paleteras o lavaban carros, los buscones de la "Línea Estrella Blanca", como eran: Neguín, Jeringuilla, Manuelsito, Manolín El Tiguere, entre otros. También estaban en el parque los chóferes de esa línea, como eran: "El Burro Prieto", "El Burro Blanco", Salcié, "Ave Negra", entre otros.
Frente al parque, del lado de la Padre Billini, estaba el negocio de peletería y tienda de don Jacobo Lama y la farmacia "Mi Botica", de don Abraham Risk, también había una barra entre la farmacia y la peletería, que era propiedad en sus inicios de un señor que era chófer de un camión de su propiedad, era el papá de "Los Moliné, lamentablemente no recuerdo su nombre; luego la barra fue de mi padre, puso un billar, y luego pasó a manos de los dueños de la "Barra Yenny", que pusieron ahí la "Yenny II".
En esa época uno se sentaba en una sombra de un árbol del Parque Central y eso daba gusto. Recuerdo con mucho afecto a mis amigos de tertulia de esa época: Plutarco, hijo de Eligio el Zapatero, Espronceda, entre otros. Solo rompían la tranquilidad de vez en cuando las discusiones de los buscones de la línea peleando por los pasajeros, de los cuales ellos se ganaban un porciento por cada uno que montaban en los carros para viajar a la capital o cualquier lugar entre medio.
La verdad que eran tiempos de oro, se vivía tranquilo, la vida era simple, pero sustanciosa. Había respeto por lo mayores y semejantes. Que diferencia a estos tiempos donde los jóvenes, en su gran mayoría, no respetan a nadie. Recuerdo que en esos tiempos la gente honrada y trabajadora eran el mejor ejemplo, ahora cualquier ladrón le dicen usted y hasta el saludo militar le hacen.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy
Anónimo
9:16 a. m., junio 07, 2015
saludo rafaelin. pero que bueno estuvo eso, solo encontré un problema. y fue que termine, creyendo que seguiría leyendo mas y mas. pero que bueno estuvo eso. como la novela que hiciste hace un tiempo. con la muchacha. Pues cuídese por allá. mucha salud. Angel Peña Méndez.
El Barahonero
1:15 p. m., junio 07, 2015
Gracias, Ángel, por tu comentario. Tus palabras me han dado idea para hacer una segunda parte, así que debes estar pendiente. De verdad agradezco tus palabras.
Un abrazo y que Dios te bendiga.
miguel aponte curi
8:05 p. m., junio 07, 2015
Rafelin,me gusto mucho tu articulo;para un nostargico como yo,es volver a vivir.El 6 de junio 1965,me llevaron mis padres a PR.y a los tres dias quise regresar a Barahona,pero la vida se encargo de que no fuera asi,por eso cuando leo un articulo como este,veo que quedan personas que sienten lo mismo que yo.Por eso dicen, que recordar es vivir,gracias por hacernos vivir. De esas personas que mencionas recuerdo varios,como a Eligio el esposo de Olga la madre de mi amigo Plutarco,Belkys y,Bety.Don Erminio era el padre Armandito Paulino.En esa area Vivian mis primos Leo y Delmin,tambien mi tia America Cury,Rafelito ,Loyda Mato entre otros.frente a Julian habia una fonda de un senor de apellido Santo que murio en un duelo con otro barahonero llamado Ireno por el control del commando barahoero en la revolucion de Abril. Gracias Rafelin,sigue escribiendo del Barahona que se nos fue.
El Barahonero
9:01 p. m., junio 07, 2015
Miguel, gracias por tus palabras y por tu aporte a este escrito. Tu comentario me encanta porque demuestra que somo muchos los que vivimos recordando el pasado, un pasado que añoramos y nunca olvidaremos.
La fonda de Santó estaba frente a Julian antes del billar. Conocí a tu tía América siendo un muchacho, luego me casé con una sobrina de ella, Yanny Cury, hija de don Miguelito y Cornelia Urbaez (Nelia). No mencioné a esas personas porque no vivían en el trayecto en que basé el relato, en una próxima entrega los tomaré en cuenta.
Gracias por tu buen comentario, un abrazo y que Dios te bendiga.
Anónimo
8:04 a. m., junio 11, 2015
Buenos recuerdos. Te agregaré algunas cosas a tu relato. Antes de Julian el chino, existió en restaurant El Nuevo Dominicano de una chino que llamaban Josè. El billar que aludes estuvo dirigido por los mellizos de apellido Froilan, creo que hermanos de Jungan, que vivía en la Duarte casi esquina C. de la Rosa.En la Padre Billini esquina Sanchez, vivió doña Milena Vilomar, madre del hoy doctor ortopedia Rafael Feliz Vilomar,frente a barra de Bobita. Frente a la barra de Negrito, existiò una clínica del doctor Fourchu,que era de Samana, luego esa clinica existiò el bar El Diamante, donde Reyno Ruiz y Peguero hacían unos show estupendos, luego hubo una sastrería.La Padre Billini está llena de historia, y ud. las recordó.
El Barahonero
12:17 p. m., junio 11, 2015
Anónimo, gracias por tu aporte a este agradable tema. Lo que sucede es que basé mi relato a mi época, pero te prometo que escribiré una segunda parte y agregaré otros lugares y personas.
Un abrazo y que Dios te bendiga.