Tito Féliz ("Tito El Carbonero"): Un hombre de trabajo

Tito Féliz nació en Barahona (1927), fueron sus padres Leoncia Féliz y Carlos Méndez.  Casó con la señora Polimia Pérez, procrearon cuatro hijos:  Selina, Betty, Edgar (EPD) y Rubén (EPD).  Desde niño se inició en el trabajo y nunca paró hasta el día de su muerte en el año 2003, murió durante una cirugía para repararle una dolencia en un codo.

A muy corta edad trabajó en el Ingenio Barahona como ayudante de cocina, esto durante la administración de los norteamericanos que construyeron ese lugar, allí trabajó hasta que el ingenio pasó a manos de Trujillo.  Tito fue un excelente cocinero, preparaba el mejor hígado encebollado del mundo. Luego hizo varios trabajos, pero en el que más se dio a conocer fue como el vendedor de carbón del pueblo de Barahona.  Cuando las estufas eran escasas el carbón era el combustible con el que se cocinaba en nuestra ciudad.

Tito iba, primero con un burro y luego con una recua de varios, por las calles de Barahona vendiendo carbón, de ahí le nació el mote de "Tito El Carbonero".  Así pasaron varios años hasta que logró comprar un camión con la ayuda de su hijo Edgar, éste también le envió una camioneta desde New York, lo que lo ayudó bastante en la distribución del carbón por todo el pueblo.   También tenía una carta de ruta de Medio Ambiente que lo autorizaba a llevar carbón a la capital.

Don Tito Féliz fue un hombre honesto, de poco hablar, pero de una sola palabra.  Durante toda su vida nunca se vio involucrado en problemas con la ley ni con persona alguna;  fue un hombre de buen vivir.  Su casa siempre estaba abierta para todos, soy testigo de que él y Polimia siempre tenían una palabra de aliento para sus vecinos y un plato de comida en la mesa para quien lo necesitara.  Tito fue un caballero en toda la extensión de la palabra.

Tito no tomaba alcohol todo el tiempo, pero cuando lo hacía solía vestirse de blanco de pie a cabeza, se remangaba los pantalones más arriba de los tobillos y caminaba por el medio de la calle con un "cuadre" que admiraba a quienes lo veíamos.  Fue un buen bailador y tenía un valor fuera de lo común.  Hombre callado, pero cuando hablaba había que oírlo.  Todos los que conocimos a "Tito El Carbonero", como su familia me pidió orgullosamente que le nombrara, lo recordamos con orgullo y admiración, trabajó desde niño hasta el día que murió.
Nota del editor:  Gracias a Danitza, Leo y Betty por proporcionarme parte de la información que aparece  en este escrito .  Un abrazo y que Dios les bendiga.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy