La maldición de los cangrejos robados a un haitiano

By El Barahonero domingo, 23 de noviembre de 2014 6 comments
Fue en el verano de 1977, hacía calor, los muchachos del barrio estábamos reunidos en la 30 de Mayo, donde nace la calle Mella, ahí nos juntábamos para planear que haríamos durante el día.  Hablábamos de irnos a Saladillas para hacer un cocinao y refrescarnos en las aguas del Mar Caribe.  Ya estábamos en el proceso de buscar los ingredientes que cada uno aportaría, a mi me tocó arroz y un par de sopitas (cubitos de pollo), a Mon le tocó aceite y sal, a Chino salsa y recao,  Vinicio pondría una gallina vieja que había en su casa,  que dijo comía más arroz que el que le echaban a él a las doce, y Bonjé pondría lo que faltara.

Cuando ya nos íbamos a separar para reunir los ingredientes, se oyó una voz a lo lejos, a Bonjé y Mon se les dibujó una sonrisa en sus labios, cuando los miré parecían igualitos al Guasón de la película de Batman.  La voz se oía cada vez más cerca, era un haitiano que venía pregonando: - "Cangleja, buena cangleja pa'  vendé"-.  Sin hablar los muchachos miraron hacia el hombre que venía con los dos ensartes de cangrejo más grandes que mis ojos habían visto.  El hombre, como mandado por el mismo Satanás, se metió en el medio del grupo y dijo:  -"¿Quién quiele buena cangleja balata"?

En eso Bonjé coge los cangrejos en sus manos y le pregunta al haitiano:  -"¿Cuánto quieres por este disparate?"-.  Cuando oí eso me separé un poco del grupo, fue como un instinto que me movió.  El moreno respondió:  -"Tles y media"-.  En eso Mon se puso entre medio del haitiano y Bonjé, éste aprovechó para salir corriendo con los cangrejos, el moreno trató de correr detrás de él por el callejón, pero Mon lo estaba bloqueando y no pudo, enseguida los demás también se mandaron, me quedé frisado, no sabía cuál sería la reacción del hombre al ver que le habían robado.

El Moreno lo cogió suave, aparentemente, solo dijo estas palabras:  -"Lo que robá cangleja a mí no lo va goza, todo molí matao"-.  Los pelos se me engranujaron y me entró un escalofrío que me subió por los pies y me llegó hasta la punta de la cabeza cuando el hombre dijo eso.  El tipo se fue sin mirar para atrás.  Luego los muchachos llegaron sin nada en la mano, dijeron que ya Vinicio iba camino a Saladillas con los cangrejos, para ir prendiendo la candela.  Se cansaron de invitarme, hasta me dijeron que no pusiera nada, que ellos pondrían lo que faltaba, pero me negué, algo dentro de mi alma me decía que no participara de eso.

Ellos se fueron a Saladillas y vinieron echando el cuento de que esos fueron los mejores cangrejos que se habían comido en sus vidas, a mí se me hacía la boca agua, pero dentro de mí algo me decía que fue mejor no los probara.  Ellos echaban el cuento de cuantos se comieron cada uno, como chupaban las patas y "muelas" y que hasta el caldo se bebieron.  Mon hasta me dijo que fui un pendejo por no ir con ellos, ni siquiera me salió responder, todo aquello me dejó muy mala espina.

Un par de años después, agosto del 1979, partimos mis hermanos y yo para Puerto Rico, mi padre nos había hecho la visa de residencia.  Pasaron par de años más, ya nosotros viviendo en Estados Unidos, cuando un día me llegó la noticia de que a Mon lo habían masacrado a tiros por una "vuelta de drogas".  Unos años después de ese hecho a Bonjé lo mataron a puñaladas en una riña en el sector El Puente.  A Chino le cortaron la cabeza por una venganza, hacía un par de años él había apuñalado a un señor mayor y sus hijos lo acecharon y le cortaron la cabeza desde un motor en marcha.  El pobre Vinicio perdió el juicio y anda por ahí que no sabe si va o viene.  Solo dos de los que estábamos en el grupo no comimos de los cangrejos, y ambos estamos  vivos y coleando.

Nunca me gustaron los abusos, ni robar y mucho menos participar en actos delincuenciales en detrimento de los infelices.  La maldición del haitiano los persiguió hasta que fueron cayendo uno a uno, el otro amigo que estaba ahí cuando el hurto ocurrió, ahora vive en Estados Unidos, me comentó el otro día:  -"¿Te acuerdas de los cangrejos del haitiano?  Nos salvamos ñangos"-.  Se me volvieron a parar los pelos desde los pies hasta la cabeza, como mismo me pasó aquel fatídico día del 1977.  Yo no creo en brujas, ni en brujerías, pero de que vuelan, vuelan.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy

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6 comentarios for this post

  1. LOS HAITIANOS, SIEMPRE HAN SIDO BASTANTE PELIGROSOS Y MAS EN ESO MENESTERES DE HECHICERIAS O BRUJERIAS.

    YA, QUE SEMEJANTE SITUACION LE PASO EN EL 1992, A UN CARNICERO MUY CONOCIDO, PERO AHORA NO RECUERDO EL NOMBRE, PERO TENIA LA CARNICERIA CERCA DEL DIFUNTO BOLO EN EL MERCADO QUE ESTA PROXIMO AL CEMENTERIO VIEJO...

  2. Deivis, gracias por tu comentario.
    Un abrazo y que Dios te bendiga.

  3. Miguel, estas historias son muy comunes en nuestra región por la proliferación de los nacionales haitianos en la zona. Debo recalcar que en esta ocasión que cuento el haitiano fue robado de forma abusiva.
    Gracias por tu comentario, un abrazo y que Dios te bendiga.

  4. Muy interesante, coincidencia o no pero es para pensarlo, es una lastima que cuando somos jovenes muchos no pensamos en las consecuencias que pueden traer acciones temerarias que en el momento lucen como un chiste pero en el futuro pueden alterar el curso de nuestras vidas, pero eso es una de las caracteristicas de la juventud, solo pensar en el placer del momento.

  5. Juanml, estoy 100 # de acuerdo con tu comentario, ese es el mensaje que quise llevar con este escrito, que la brujería existe o no es otra cosa, la verdad es que lo que uno hace cuando joven te persigue toda la vida.
    Gracias por el comentario, un abrazo y que Dios te bendiga.

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