El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se equivocó de embajador

El cardenal de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, hizo unos pronunciamientos ofensivos, discriminatorios y homofobicos en contra del embajador de los Estados Unidos (EE.UU.) en República Dominicana, James Brewster.  Él se refirió al honorable Embajador de EE.UU. como si fuera el ex embajador del Vaticano Jozef Wesolowski.

La rabia y desprecio mostradas en las palabras del Cardenal contra el señor Brewster parecía como si fue éste quien violó a decenas de niños dominicanos indefensos.  Niños que la Iglesia Católica no ha hecho ninguna diligencia por ayudarlos con el trauma que significa una violación.  No le han dado ni siquiera un supositorio para mitigar el dolor en el culito de esos pobres niños ocasionado por el ex embajador pedófilo del Vaticano.

Cardenal, no fue el Embajador norteamericano quien vino a este país con el propósito malsano de violar nuestros niños indefensos.  No fue el honorable Brewster quien tenía más de cinco mil fotos en su computadora de niños en posiciones de pornografía, todas tomadas con su celular.  No fue el Embajador de Estados Unidos el que hacía orgías con niños a la vista de todo el que quiso o no quiso ver en la casa de la iglesia en Juan Dolio, la nunciatura, en Juncalito y hasta en la vía pública.

No fue al señor James Brewster a quien descubrieron violando niños dominicanos y lo sacaron a escondidas por el Aeropuerto de Las Américas, lo defendieron cuando la prensa cuestionó su partida, mintieron para protegerlo y hasta dijeron que era un buen amigo y hombre apegado a las leyes, supuestamente sabiendo que era un maldito violador, cosa que nunca denunciaron a las autoridades dominicanas.  En El Salvador acaban de suspender a un obispo por una denuncia de violación en su contra, ¿por qué aquí no se hizo lo mismo con el embajador violador del Vaticano? 

El señor embajador de los Estados Unidos de América es un hombre gay, lo que no es un delito, un señor honorable que tiene más de una década con su pareja, un empresario reconocido en su país por su respeto a las leyes y un ser humano excepcional.  El embajador gay y delincuente era el suyo, señor Cardenal.  El Embajador delincuente que violó a cuanto niño se le cruzó por delante era el de su iglesia.  Su ex embajador fue un rastrero que vino a República Dominicana con el propósito exclusivo de comerle el culo a la mayor cantidad de niños dominicanos posible y lo logró con el silencio cómplice de muchos.

Con todas estas controversias se ha comprobado un punto muy importante que vale la pena cualquier sacrificio que haya tenido que sufrir el honorable embajador James Brewster:  Por decir unas cuantas verdades que están a la vista de todo el país el señor Embajador ha sido atacado despiadadamente en lo personal, nadie ha mencionado el mensaje emitido por él, todos se han referido al mensajero.  Si al Embajador le han dado ese trato por ser gay, se imaginan ustedes lo que sufre en una sociedad como esta un joven por el simple hecho de ser homosexual. 

No me quiero ni imaginar una cosa como esa.  Todo está demostrado, lo homofobia en este país es un gran problema que hay que combatir y quien mejor para hacerlo que el honorable embajador de los Estados Unidos de América, James Brewster, solo un valiente como usted puede enfrentar a estos salvajes y rastreros.  ¡Mis felicitaciones para usted!  Me gustaría ver la reacción del Papa ante las declaraciones del Cardenal de Santo Domingo, luego de que el diera un gran ejemplo diciendo:  -"¿Quién soy yo para juzgar a un gay?".
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)

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