Recuerdos poéticos de la Cibao-Sur

Por Luis Eduardo Díaz Franjul,.

Interesante la columna sabatina de José del Castillo Pichardo del 2/7/16 en Diario Libre con el título “Gabb: la poesía del suelo”. Según comenta, William M. Gabb nació en Filadelfia en 1839 y falleció a los 39 años. Fue un destacado paleontólogo, geólogo y etnólogo que recorrió la República Dominicana entre 1869 y 1872. En 1873 publicó el texto “On the Topography and Geology of Santo Domingo “ (Sobre la Topografía y Geología de Santo Domingo) cuya última edición data de 2015, gracias a los auspicios de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos.

José del Castillo Pichardo destaca "la pasión casi poética que rezuman las descripciones de Gabb sobre nuestra geografía". En ese tenor añade: “Pasión que incita a cabalgar a lomo por las enfangadas estribaciones cordilleranas, aspirar los olores que exuda la rica vegetación de pinos, helechos y acacias, comulgar extasiado con la esplendidez del paisaje, refrescar la piel quemada en las aguas correntinas de arroyos cristalinos”. De ser así uno se remonta a los finales del siglo XIX.

Hoy día me pregunto si tal contemplación es posible. Para saber la respuesta bastaría leer la columna "Día a Día" de José Báez Guerrero en Diario Libre de fecha 6/7/2016 que comenta el "espanto" del presidente Medina por la deforestación causada en las montañas de la frontera con Haití. Dice el señor Guerrero que mientras continúe  la impunidad, la rampante indolencia de autoridades cómplices, la masiva exportación de carbón vegetal hacia Haití y otros atentados contra las fuentes de agua, libros como el del Banco Popular (Pacto con las Aguas) corren el riesgo de convertirse en registros históricos de un pasado irrecuperable.

Hoy día me pegunto si tal contemplación es posible, si al visitar esos lugares antes no me muero de espanto al observar un panorama desolador y aterrador consecuencia del conuquismo, quema y tala de árboles, desaparición de arroyos cristalinos y todo aquello que, como ciclón batatero, desgarra la permitida deforestación de nuestros bosques, emulando así el símbolo de la justicia de mujer con venda en los ojos y balanza en mano mientras manos criminales dominicanas y haitianas hacen de nuestro medio ambiente lo que les de su maldita gana. Cuanto patriotismo!

Guardando las distancias, hay cierta similitud entre el texto de Gabb, “Sobre la Topografía y Geología de Santo Domingo”, de 1873, y el libro de viajes “En los mares del Sur”, de Robert Louis Stevenson. Este último es un relato de experiencias y observaciones efectuadas en las islas Marquesas, Pomutú y Gilbert durante dos cruceros realizados en las goletas Casco (1888) y Equator (1889). En cierta forma, parecería que Stevenson se inspiró en Gabb para realizar su obra, por así.decirlo.

Dentro de las investigaciones de Gabb, el señor Pichardo hace un paréntesis al introducir el debate en nuestro país sobre la conexión vial “Cibao-Suroeste”. Pero antes veamos las coordenadas de Gabb: “Una segunda ruta, raramente usada, se encuentra a lo largo del cañón del río Bao, y desde ahí hacia San Juan. La ruta actual es a través de Jarabacoa, atravesando la cabecera del río Jimenoa hacia el Valle de Constanza, y desde ahí bajando hacia el río del Medio hacia el valle sobre Azua. La ruta es temiblemente difícil, cruzando constantemente altas sierras y profundas barrancas”.

Yo diría que si extrapolamos esa coordenada a nuestros tiempos permitiría justificar la viabilidad de la carretera Jarabacoa-Constanza, de 27 kilómetros, construida en marzo de 2012 a un costo de US$100.0 millones. Viendo las cosas de esta manera se entendería mejor la propuesta  de la carretera Cibao-Sur que como presidente de la Bolsa Ecoturística Española (Behsa) di a conocer en 2012, en este caso uniendo a San José de Ocoa y Constanza, como primera etapa (Ref. “Behsa: la vía Cibao-Sur debe ser una obra viable”, y “Behsa defiende proyecto flexible de vía Cibao-Sur”. Listín Diario. 20/1/2012 y 14/4/2012, respectivamente). La segunda etapa es la unión de San Juan de la Maguana y Constanza, como explico en otros artículos de la prensa digital..

Luego de eso hubo otras propuestas de Cibao-Sur uniendo a Santiago con San Juan de la Maguana, o uniendo San José de Ocoa con Piedra Blanca (Bonao). La primera se descartó mientras que la segunda contempla un proyecto de tres ciclos, siendo la primera entrega (2013) la carretera Cruce de Ocoa-Sabana Larga. El segundo ciclo (Piedra Blanca-Juan Adrián-Rancho Arriba, de 29 klms.) fue construido en abril de 2016 a un costo de US$78.0 millones. Solo faltan 10 kilómetros para que la Cibao-Sur funcione desde la carretera Sánchez en el Sur a la autopista Duarte en Bonao, para una Cibao-Sur que más bien se identifica con Santo Domingo en vez del Cibao.

De haber unido San José de Ocoa y Constanza como propuso Behsa no solo hubiera tenido justificación la rentabilidad de la inversión pública sino la magnitud del impacto de  los beneficios que desde el punto de vista logístico-vial engloban un mayor empuje económico partiendo de la industria, comercio, agricultura y turismo, mayor aún si tomamos en cuenta la segunda fase de la Cibao-Sur, es decir, la unión de San Juan de la Maguana y Constanza como zonas de gran potencialidad agrícola.

En mi artículo “Cibao-Sur, Cibao-Este” publicado en la prensa digital hace algunos meses se puede observar una línea recta que se extiende desde Piedra Blanca hasta el Este del país, como sigue: Piedra Blanca (Bonao)-Monte Plata-Hato Mayor-El seibo-Higuey. Por tanto es fácil proyectar una vía central en aras de una mayor integración provincial para un mayor empuje económico en todos los órdenes. Planteamientos como estos, entre otros, es una manera de cuestionar la inversión de US$100.0 millones (carretera Constanza-Jarabacoa) si no se complementa con otra, como por ejemplo la Cibao-Sur uniendo Constanza y San José de Ocoa, como propuso Behsa. Sharing is sexy