La historia de Luís y Manuela: ¡El que nace para limonada del cielo le caen limones!

By El Barahonero sábado, 27 de octubre de 2018 0 comments
Luís y Manuela se conocieron en la escuela, estaban en la misma aula, cursaban el segundo del bachillerato.  Para ese tiempo él tenía novia y ella también tenía amores.  Se hicieron muy buenos amigos, algunos de sus compañeros decían que "esos dos tarde o temprano se juntan".

Los amigos se graduaron del bachillerato, estuvieron un tiempo sin inscribirse en la universidad, pero un día se pusieron de acuerdo y se inscribieron juntos.  Ya para esa época los dos estaban solteros y se llevaban tan bien que por mutuo acuerdo se metieron en amores.

Pasaron un par de años y todo iba a las mil maravillas.  Dentro de los dos años que tenían en la universidad la mamá de Luís decidió llevárselo a Europa, mientras él viajaba al viejo continente Manuela siguió estudiando.

En menos de un año Luís regresó a su pueblo y se casó con su querida novia.  Un tiempo después el muchacho le "hizo sus papeles" a la joven, esto coincidió con la graduación de la muchacha, quien luego de graduarse se fue a vivir con su amor.

Ya en Europa Manuela nunca trabajó y Luís era quien corría con todos los gastos del hogar.  Pasó un tiempo y Manuela decidió regresar a su pueblo para seguir estudiando y así lo hizo.  Luís se rompía el lomo trabajando para mandarle dinero a su esposa y al hijo que habían procreado durante su estancia en Europa.

Luís iba y venía, mientras Manuela estudiaba.  Un día Luís decide regresar al país para estar cerca de su familia.  Su madre les cedió una casa para que vivieran mientras construían la propia, ya el joven había comprado un buen solar con fines de construir su vivienda.

Pasó un tiempo, Luís terminó una casa bonita y acogedora donde la pareja y su niño se mudaron.  Hasta ahí todo iba bien.  Un día Luís decide regresar a Europa para trabajar, ya que la construcción de la casa y mantener a su familia le mermaron los recurso.

Desde el viejo continente Luís le mandaba dinero a su esposa religiosamente, el hombre no fallaba, cada vez que cobraba su salario lo primero que hacía era mandarle dinero a su mujer, mientras ella estudiaba.  Ya esta había hecho otra carrera universitaria, maestría y posgrado, la mujer se estaba preparando para el futuro.

La pareja duró un poco más de un año separados, cuando Luís regresa para reunirse con su amor de siempre llegó a la casa y lo primero que la mujer le dijo es que fuera a una agencia de ventas de electrodomésticos y se comprara una cama para que durmiera en el cuarto del niño, ya que ella no sentía lo mismo por él y que la separación le había enfriado el amor, que se dieran un tiempo, esto golpeó duro al hombre, pero no tuvo más remedio que aceptar.

Mientras Luís dormía en el cuarto del niño con un abanico, la mujer dormía en la habitación del matrimonio con aire acondicionado.  El joven también tenía que bañar, dar de comer, llevar a la escuela a su hijo porque la mujer había conseguido un buen trabajo y siempre alegaba que estaba cansada. Para llevar al niño a la escuela Luís tenía que coger un motoconcho, ya que el carro que el joven le compró a su esposa ésta no se lo prestaba.

Luís se cansó de dormir en el cuarto de su hijo, la mujer ya ni lo saludada, ni siquiera los buenos días le daba.  Cansado por el desprecio y la mala actitud de la que fue el amor de su vida decidió irse a la casa de sus padre y separarse definitivamente de Manuela.  La cosa se puso tan crítica para el hombre que no tenía un centavo, ya que todo lo había invertido en su casa, su familia y para que su esposa estudiara, se preparara, luego lo ayudara y cooperara en la casa, lo que nunca sucedió.  Manuela aplicaba el dicho popular:  -"Lo tuyo es mío y lo mío es mío".

El hombre duró un tiempo en la casa de sus padres esperando a ver si la mujer cambiaba de actitud, pero la cosa iba de mal en peor.  Finalmente Luís sometió los papeles del divorcio y solicitó división de bienes, lo que causó la ira de la mujer que él había ayudado tanto y la que luego de empezar a trabajar nunca quiso ayudarlo a él.

Por recomendación de su abogado Luís mandó a tasar la casa, un tasador la valoró por 10 millones de pesos, también mandó a evaluar el vehículo que fue tasado por 300 mil pesos.  Ahora la mujer está indignada y le vocifera barbaridades al hombre, hasta miserable y mezquino le ha dicho por éste querer dividir los bienes que fueron adquiridos por él. 

Luís consiguió con su familia 5 millones de pesos y 150 mil para quedarse con la casa y el vehículo, pero la mujer no entra en nada, ella le dice que le va a dar dos millones y que luego le da los otros cuando los tenga.  Por el vehículo le ofreció 50 mil y luego le da el resto.

Les cuento esta historia para que la tomen como ejemplo y "no cierren los ojos con nadie", ya que no se sabe cuando la otra persona "sacará las uñas" y los dejará en la calle.  Lo más penoso es que mientras la mujer no demuestra cariño o agradecimiento por Luís, éste dice que ella no es mala, que seguro su familia o el abogado la han mal asesorado.  ¡El que nace para limonada del cielo le caen limones!

Nota del autor:  Esta historia es fruto de la imaginación de quien escribe, cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy

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