Viaje de Barahona a New York

By El Barahonero miércoles, 12 de noviembre de 2014 6 comments
El chófer me llamó a la 1:45 de la mañana, mi esposa me había reservado asiento en un autobús, me recogió casi a las 2, subo al vehículo y ya había una mujer sentada en el asiento reservado para mí, traté de sentarme al lado de ésta, me dice que el asiento es de una prima suya, el chófer hace silencio, protesté y la mujer me dijo que cuando ella viaja coge el asiento que le da la gana.  Tuve que sentarme en otro lugar para no discutir con "la dueña del autobús", ya sentado en otro asiento seguí protestando, le dije al chófer irresponsable y sinvergüenza por guardar silencio sabiendo que reservé ese asiento desde hacía una semana, cuando todavía no había nadie inscrito para ese día.  Entonces el hombre reaccionó y le dijo a la mujer que me cediera el asiento, ella se negó y no insistí, ya no me apetecía sentarme al lado de una persona con esa actitud. 

El hombre empezó a recoger pasajeros, se metió por La Montañita, luego por La Salina, recogió un par de pasajeros por el centro de Villa Central y luego volvió a La Montañita.  Luego se dirigió al barrio Enriquillo, subió a Camboya, La Cañada de Papoy y Alto Velo, de ahí regresó nuevamente al barrio Enriquillo, aquello era algo de loco, íbamos de adelante para atrás y de atrás para adelante, encima de eso el chófer se paraba a cada ratos por unos 5 minutos para revisar la lista de pasajeros, aquello parecía una tortura, una maldad.  A mi lado había un asiento reservado, lo tenían ocupado con un cojín bien grande para que nadie se sentara.  Fuimos al barrio Naco, luego se devolvió para Los Multifamiliares y regresó a Naco, del lado arriba del Hospital Jaime Monta, allí recogió a una joven de buena presencia física, bonita y blanquita, el asiento reservado era de ella, pero a su lado quedó un asiento vacío. 

De ahí nos dirigimos a la salida, ya el autobús estaba casi lleno, solo quedaba el asiento al lado de la joven bonita, el del cobrador y los del pasillo, donde ponen unos cojines que van de un asiento a otro, ahí se sienta la gente en el centro.  Cuando llegamos al lado de la fábrica de blocks, donde hay una mujer que vende té y café, habían como diez personas esperando el vehículo y una de ellas era otro chófer que manejaría la guagua, éste tenía una pasola que subieron en la defensa trasera del vehículo amarrada con una soga.  Los pasajeros empezaron a subir, cuando vieron que no había asientos normales para ellos empezaron a discutir con el chófer y el cobrador, decían que tenían asientos reservados desde hacía días.  Terminaron de amarrar la motora, el chófer y dueño del vehículo subió y se sentó al lado de la joven bonita.  Eso me prendió la sangre y le entré de nuevo, le dije abusador, irresponsable, sinvergüenza y hasta mal parido me salió decirle.  El tipo guardó silencio, ¿adivinen quiénes salieron a defenderlo?:  la mujer que ocupó mi asiento reservado y su prima. 

Ahí le entré a ellas diciéndoles que mejor se callaran porque el asiento donde iban uno era mío, sino me paraba y lo tomaba a la buena o a la mala, al oír eso guardaron silencio absoluto.  Le dije al chófer que la próxima vez, que esperaba nunca tuviera que usar su vehículo de nuevo, no reservaría ningún asiento y tomaría el que me dé la gana, que se acordara de ese día para que después no me acuse de prepotente y arbitrario, guardó silencio sepulcral.  A todo aquello los demás pasajeros protestaban, unos porque no les guardaron asientos reservados, otros por la incomodidad de estar sentados en el pasillo y casi todos los demás protestaban porque los habían llamado antes de las dos de la mañana dizque para salir temprano y cuando íbamos saliendo ya el reloj marcaba las 5.  El viaje transcurrió sin inconvenientes, pero cuando llegamos a Najayo las dos mujeres que ocupaban "mi asiento reservado" pidieron parada frente a la cárcel de ese lugar y desde atrás un tigre les voceó:  -"Mira a esas dos fatales, con tanta vaina, cogiendo asiento a la mala y para donde van es a la cárcel ha llevarle las nalgas a los presos"-. Eso se fue abajo, hasta yo me reí de buena gana.  Las mujeres se bajaron en silencio y el chófer, que iba al lado mío del otro lado del pasillo, se hizo el dormido. 

Entramos a la capital a las 7:30, de Herrera a la parada nos cogimos casi una hora, mi vuelo para venir a New York era a las 11:21.  Finalmente llegamos a la parada, llovía, salgo del autobús con mis bultos y me dirijo a tomar un taxi, los carros están ahí, pero los chóferes no aparecen, ahí estuve unos minutos debajo de la lluvia.  Un señor que me pasó por el lado fue a la puerta de un negocio contiguo y gritó:  -"Ustedes no quieren trabajar, ahí hay un señor esperando un taxi"-. Como en unos dos minutos salió un chófer con un palillo en la comisura del lado derecho de su boca y la barriga como un tacoi, me preguntó:  -"E' uté que quiere un taxis"-.  Lo miré de arriba abajo y asentí.  Abordamos el carro y partimos hacia el aeropuerto, debo decir que el chófer trató por todos los medio para que llegara a tiempo y no perdiera el vuelo.  Llegué a tiempo al aeropuerto, me dirigí raudo y veloz a chequearme al mostrador de JetBlue.  Cuando voy a entrar a la fila una joven me dice que tengo que pesar el bulto, lo subí a la báscula, ella le puso un tique y me dijo que era muy grande para subirlo a la cabina, que tenía que chequearlo, le respondí que hacía un par de meses había viajado de New York a Santo Domingo con ese mismo bulto y que en el aeropuerto Kennedy no me pusieron ningún pero para subirlo a la cabina, la tipa me dijo:  -"Bueno E' uté que sabe o soy yo"-. 

Yo solo viajaba con una mochila y el bulto de mano, la joven que me atendió en el mostrador me pidió el pasaporte, se lo di, me buscó en el sistema y luego me preguntó si iba a chequear alguna maleta, en eso la joven de la fila vocifero algo, le dije que no, le mostré el bulto y le dije de mí intención de llevarlo conmigo en el avión, enseguida cambió de actitud diciéndome que ese bulto era muy grande para subirlo a la cabina, que tenía que chequearlo, pedí un supervisor y me llamaron uno, éste miró el bulto, en eso la joven dijo:  -"Ya le dijimos que ese bulto es muy grande para llevarlo con él y no entiende"-.  Enseguida le dije que cuando ella decía le dijimos a quiénes se refería, ya que ella no se había comunicado con nadie más en lo que hablaba conmigo, la mujer cambió de color y guardó silencio.  El supervisor me pidió que midiera el bulto en un lugar que tienen para eso, lo medí y estaba bien de largo y alto, debo admitir que sobresalió un par de pulgadas de ancho, pero les mostré que el bulto estaba medio vacío y que al ponerlo en el dispositivo se desbordó, ellos no cedieron. 

Terminé el impasse tomando los nombres de ambos y les advertí que si veía a algún pasajero abordando el avión con un bulto más grande que el mío haría un escándalo y solo sobre mi cadáver permitiría que eso ocurra.  Me dirigí a migración, pasé por el chequeo de seguridad sin inconveniente, me chequié en migración y me dirigí a la salida B2, allí esperé hasta la hora de abordaje.  Me senté en un lugar estratégico para poder ver la gente y sus equipajes cuando abordaran el avión, así vería si alguno de ellos llevaba un bulto más grande que el mío, pasó un rato y... ¡Bingo!  No vi un pasajero con bulto mucho más grande que el mío, sino dos, enseguida me paré y le dije a la empleada de JetBlue que esos bultos eran muy grandes y que a mí me habían echado a rodar uno mucho más pequeño, que eso era discriminación y, que por favor midiera las maletas de las personas en un aparato similar al que me hicieron medir el mío, la joven un tanto sorprendida accedió a medirlas, cuando las puso en el medidor ambas eran muy anchas, muy largas y muy altas, ambos pasajeros dueños de las maletas protestaron y les dije que la cosa no era con ellos, pero tenía que hacer eso para demostrar que los empleados de las aerolíneas abusan de algunos pasajeros y a otros les permiten cualquier cosa. 

Yo tenía anotados el nombre del supervisor y el de la joven que me habían atendido en el mostrador y pedí que llamaran al hombre, la joven puso los bultos y sus dueños a un lado, y luego procedió a llamar al supervisor por el radio.  Pasaron unos 5 minutos cuando apareció el tipo, cuando me vio al lado de dos personas con tremendos bultos cambio de color y se quiso devolver, me di cuenta y lo llamé por su nombre, la joven que lo llamó por radio lo vio y le dijo:  -."Venga, que el problema es aquí con este señor que alega lo discriminaron con un bulto y a estas personas les dejaron pasar estos dos que son más grandes que el de él"-.  El supervisor se acercó y me dijo:  -"Ah, es usted creando problemas de nuevo"-.  Enseguida le respondí que el problema lo habían creado ellos cuando abusaron de mí y me discriminaron, haciendo todo lo contrario con las dos personas que estaban a mi lado, que los abusadores y problemáticos eran ellos, se quedó callado, luego reaccionó y trató de minimizar la situación, a lo que le dije:  -"Oye, no me interesa hablar contigo porque eres un abusador, vamos a medir los bultos para ver si tengo razón o no"-.  Los volvimos a medir y cuando él vio el resultado se puso amarillo y empezó a sudar.  Inmediata y hábilmente dijo:  -"Es imposible que esos bultos viajen en la cabina, estoy cansado de decirles que no permitan eso, pero siempre hacen lo que les da la gana, mándalos por la correa". 

El tipejo me pidió disculpas por el inconveniente, pero no las acepté y le dije que él era un inepto y un abusador.  El hombre bajó la cabeza, dio media vuelta y se retiró.  Esperé hasta que subió el último pasajero para ver si alguien más tenía bultos grandes, pero no fue así.  Subí al avión, ocupé mi asiento y todo iba normal.  Siempre tengo la costumbre de que antes de cerrar la puerta del avión voy a orinar, así no tengo que pararme durante el vuelo.  Me entretuve un rato hablando con un  señor mayor que iba a mi lado izquierdo, en eso llaman a un pasajero por las bocinas porque no había abordado el avión, pero chequeó su maleta, por ley el avión no puede despegar con la maleta a bordo si el pasajero dueño no está.  En un rato volvieron a anunciar que nos retrasaríamos unos minutos porque estaban sacando la maleta del pasajero ausente del maletero. Pasaron unos minutos más cuando anunciaron que ya casi cerrarían la puerta y partiríamos. 

Me paré y me dirigí a los sanitarios de la parte trasera del avión, estaban ocupados, esperé unos minutos y en eso anuncian que están cerrando la puerta de la aeronave y que todos deben regresar a sus asientos, en ese preciso momento se desocupan los sanitarios, pero el sobrecargo me pide que regrese a mi asiento inmediatamente y así lo hice sin chistar.  Cuando voy caminando hacia mi asiento miro hacia atrás y veo que una tremenda rubia, parecía un modelo de pasarela, está entrando a uno de los sanitarios en la cara del sobrecargo y éste no le dijo nada.  Se me prendió la sangre, pero me senté, conté hasta diez, diez veces.  Me puse el cinturón de seguridad y me quedé tranquilo, luego me lo volví a quitar.  Al momento pasa el sobrecargo revisando que las personas tengan el cinturón puesto y que los asientos estén en forma vertical, cuando llegó donde mí me dice que me ponga el cinturón, ahí mismo aproveché para decirle que él había cometido  un abuso conmigo, que me había discriminado.  El tipo se hizo el sorprendido y le dije que a mí me había mandado a sentar de urgencia, pero que había permitido que la rubia entrara al baño, el fatal me dijo que él no iba a pelear conmigo y le respondí que me estaba discriminando nuevamente hablando de pelea, que quien usó esa palabra fue él y no yo, que yo no tenía ninguna intención de pelear con él ni con nadie, que mi única intención era reclamar mis derechos. 

El tipo gagueó y siguió caminando.  Despegamos y, aunque el vuelo fue un poco incomodo por las turbulencias, todo transcurrió tranquilamente.  Al lado derecho mío iba una dama bien buena gente, una persona decente, íbamos conversando y salió a relucir los medios de transporte que cada cual usaría para llegar del aeropuerto a la casa, le dije que tomaría un taxi del aeropuerto a la calle 125 y Park Ave., que ahí tomaría un tren hasta Beacon, New York, luego de allí tenía que tomar un taxi hasta el lugar donde vivo.  Ella me dijo que tomaba el tren aéreo del aeropuerto hasta Jamaica, luego el tren J y luego el 4 hasta la 125, eso es justo a un bloque de donde yo tengo que coger el tren que va a Beacon.  Enseguida le pedí a la mujer que por favor me permita ir con ella para aprender esa ruta y economizar algo de dinero.  La buena mujer aceptó que la acompañara con gusto. 

Aterrizamos en el aeropuerto Kennedy, hice la fila para chequearme, en eso veo que el oficial de migración de la fila donde estoy no se entiende con un señor, me acerqué y le ofrecí mi ayuda al agente, éste me pidió por favor que le ayudara.  El pasajero no sabía inglés y parece que tampoco sabía escribir mucho, ya que no completó el papel de aduanas.  El agente, con el papel en la mano, me hizo varias preguntas en inglés, se las traduje al señor y el oficial llenó el documento, luego un hombre que estaba en la fila me dijo:  -"Hermano, por favor, no se me vaya para que me ayude a mí también"-.  El oficial al oírlo me preguntó qué decía el hombre y le dije, se sonrió y movió la cabeza de un lado al otro.  Como era el próximo en la fila el agente terminó con el caballero y enseguida procedió a chequearme, lo hizo rápidamente y sin traumas, cuando terminó le pregunté si quería que le ayudara con el próximo pasajero que no sabía inglés y me dijo que sí, por favor. 

Pasó igual que con el anterior, no había llenado el papel de aduanas correctamente, hicimos el mismo procedimiento, al final el oficial me agradeció amablemente por la ayuda y me dirigí a buscar mi bulto.  Iba preocupado porque me tardé y quizás la señora se había ido.  Esperé unos 5 minutos frente a la correa 7, llegó mi maleta y me dirigí a la salida, entregué el papel de aduana a un oficial, éste me miró de arriba a abajo y me ordenó pasar.  Cuando salí al lobby allí estaba la amable dama esperándome.  Nos dirigimos a un elevador que nos llevó a tomar el tren aéreo, no pasaron 5 minutos cuando llegó el tren, lo abordamos y nos llevó hasta Jamaica, allí entramos al subterráneo y abordamos el tren J, luego nos bajamos en Chamber St. y abordamos el tren 4 que nos llevó hasta la calle 125, la mujer fue tan amable que salió conmigo a la calle y me mostró la parada donde tenía que coger el tren hacia Beacon, le di la mano y le agradecí inmensamente el favor, a lo que ella solo me respondió:  -"No se preocupe, que para eso estamos"-.  Le agradecí nuevamente y le dije que Dios la bendiga siempre.

De ahí me dirigí a la parada, compré el boleto del tren y subí a la rampa, al estar cansado y adolorido llegó un tren y cuando me iba a subir me dio con preguntar a un joven afroamericano si ese el tren que iba a Beacon, me dijo que no, faltan dos más por venir y luego el que usted espera, me dijo que me sentara tranquilo que él me avisaría cuando llegara mi tren, que él también se dirigía hacia Beacon.  Pasaron unos diez minutos, llegó el tren y el joven no solo me indicó que ese era el de nosotros, sino que me ayudó a llevar el bulto, me llevó hasta un asiento y me puso la maleta en el portaequipaje encima de mi cabeza, luego se fue a otro vagón.

El tren se tomó 1:15 minutos más o menos para llegar a Beacon, cuando estábamos llegando el joven se apareció de nuevo  y sin decirme nada me bajó el bulto y me dijo que nos acercáramos a la puerta, así lo hicimos, el tren se detuvo y bajamos.  El joven me ayudó con la maleta hasta el parqueo, me preguntó para donde me dirigía y le dije que tenía que coger un taxi para Newburgh, a lo que el muchacho riendo me dijo:  -"No haga eso, mire ese autobús que está ahí va para Newburgh y solo le cobra un dolar"-.  Busqué en mis bolsillos y solo tenía dos billetes de veinte dolares y necesitaba exactamente un dolar, ya fuera en billete o monedas.  Cuando el joven vio que no tenía menudo se metió la mano al bolsillo y me extendió la mano con un dolar en ella, volvió a tomar mi bulto y me llevó hasta el autobús, esperó que me sentara y me puso el bulto al lado, le di la mano y las gracias, a lo que me dijo:  -"No me dé las gracias señor, dele las gracias a Dios, quien nos a puesto en este camino para servir"-. 

Las mismas palabras que yo uso cuando le servimos a alguien, ¿qué les parece?.  Llegamos a Newburgh y la guagua me llevó exactamente donde podía tomar otro autobús que me llevaría bien cerca de donde vivo.  Esperé como una hora, me tomé un refresco, procuré cambio en la oficina de los autobuses Short Line.  Llegó el autobús, lo abordé y eché el dolar en el aparato donde se echa el dinero, el chófer me dijo que era 1.25, pero yo no tenía cambio, metí la mano al bolsillo y saqué otro dolar para echarlo y una joven hermosa, que estaba sentada en la primera fila del autobús sacó una peseta de su monedero y me la dio, yo no la quería coger, pero ella me dijo:  -"Tómela, se la doy porque hace unos días a mí me pasó lo mismo y un señor hispano como usted me regaló los 25 centavos y what goes around... comes around"-. 

Hicimos el trayecto hasta el campo donde vivo, me desmonté en la parada y entré a una pizzería, compré pizza y una soda, en el lugar habían unos cuantos comensales, salí y tenía que caminar como unos dos kilómetros para llegar a la casa, imaginen, con la pizza en una mano, la mochila en la espalda y arrastrando un bulto por una carretera solitaria y con tramos oscuros.  Caminé como 200 metros y se detuvo un carro a mi lado, me tocó bocina, bajó el cristal y me hizo seña con la mano que fuera hacia él, cuando me acerqué me dijo que me subiera, me subí, el hombre me saludó estrechando mi mano, era uno de los comensales de la pizzería, me preguntó dónde vivía y me llevó a la misma puerta donde yo iba.  Llegué a mi casa con sentimientos encontrados y pasé balance del trato que uno recibe en su país y el que nos dan en Estados Unidos personas que ni siquiera nos conocen, la verdad que, no sé ustedes, pero yo estoy pensado seriamente en quedarme por acá, claro, luego que le "haga los papeles" a mi familia.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy

Related posts

6 comentarios for this post

  1. mmmmuuuuuuaaaa que bueno que me llamaste,estaba preocupada,cuidate mucho mucho te amo.

  2. RAFELIN, ME ALEGRA MUCHO QUE HAYA REGRESADO BIEN.

    CORROBORO 100%, LA NARRACION DE LOS EVENTOS Y ACONTECIMIENTO, DE TU VIAJE QUE HICISTE RECIENTEMENTE AQUI A NEW YORK.

    PERO, HONESTAMENTE ES VERDAD, LO QUE USTED NARRO; YA QUE AMI ME HAS PASADO LO MISMO, DE PERSONA SIN CONOCER A UNO, LE SIRVEN MEJOR Y DESINTERESADAMENTE, QUE CUALQUIER FAMILIA O CONOCIDO......

  3. Miguel, gracias por corroborar nuestro relato de esa travesía, que creo hay que vivirla para creerla.
    Gracias también por tus buenos deseos.
    Un abrazo y que Dios te bendiga.

  4. No muy diferente a la que narraste en uno de tus viajes anteriores, es una gran lastima que en cuanto a cortesia y civismo seguimos igual de mal o peor.

    Yo te soy honesto, una de las razones por las que deje el pais fue precisamente lo que tu narras mas mi pesimismo con el futuro del mismo por culpa de nuestros politicos, las ultimas elecciones que vote fueron las del 90, vivia amargado porque veia que el que cumple con las leyes de ese abusaban y se aprovechaban, en fin me catalogaron de loco porque deje atras una vida no de ricos pero si bastante estable para un medio como el nuestro. Te soy sincero, en cierta forma me arrepiento de haber salido, sobretodo porque ya tenia 40 cumplidos y cambie estabilidad economica y laboral para empezar de Nuevo y tu sabes que sobretodo ya con cierta edad los comienzos siempre son dificiles.

    Para prepararme mentalmente y estar listo el dia que decida regresar trato de no participar en nada relacionado con politica (por eso ves que es muy raro que comente en esos temas) y ya no leo noticias como en el pasado, se que no es la postura correcta pero a eso se llega cuando uno pierde la fe en el pais. A veces me dan ganas de decirte que no te busques problemas pues somos un caso perdido, pero no lo hago porque se que es uno mismo que debe llegar a esa u otra conclusion, todo de acuerdo a sus principios. En mi caso ya te dije, hace tiempo perdi la fe, apoyo y admiro al que todavia la tiene y luchan por que tengamos un pais diferente y ojala cambie mi parecer pero no creo que eso suceda, a lo mas que llego es que trato de educar y concienciar (concientizar dicen otros) a los que me quedan cerca para que actuen en forma civica aunque los demas no lo hagan. En fin para acabar no te culparia si una vez les lleguen los papeles a toda la familia decidas "quemar el barco" y solo volver de visita, en mi caso te dije, pienso en regresar pero es porque no tengo hijos, de lo contrario esa idea no me pasara por la mente pues trataria de ofrecerles a ellos la oportunidd de que se desarrollen en un medio que aunque no perfecto pues nada lo es, pero que por lo menos se premia el trabajo duro y se castiga el mal comportamiento. Mientras tanto disfruta tu viaje que pronto volveras a recibir "la pela" que significa estar entre personas sin civismo y disciplina (con las excepciones que confirma toda regla).

    Hoy d

  5. Juaml, la verdad que la situación de nuestro país es delicada y penosa; como bien dices, la gente seria no vale cinco centavos y los delincuentes y mal educados son reyes que se burlan de gente como uno, que escogió respetar las leyes y a los demás. Es lamentable, pero es la realidad que se vive en nuestro país, donde se vive al garete y reina el sálvese.
    Un abrazo y que Dios te bendiga.

Entra

vuelos baratos Directorio de Paginas Web Calcular PageRank directorio Livio.com Portal Dominicano. Directorio My Zimbio