Norteamericanos religiosos donan maquina para podar grama del Estadio Nadim J. Hazoury, en Barahona: Una historia de fe y esperanza
Antes de ayer en la tarde, mientras estaba yo sentado en las gradas del Estadio Nadim J. Hazoury, mirando las incidencias de clínicas de béisbol que daba un grupo de religiosos norteamericanos que vienen a Barahona una y dos veces al año, veo que Josela, la encargada del play, trataba de hablar con uno de los americanos y no se entendían, ella me llama y el visitante también para que les tradujera.
Me acerco y Josela me dice que le diga al norteamericano que ella es la encargada del play, se lo digo al señor en inglés, a continuación ella me dice que le diga que en el estadio se necesita una maquina para cortar la grama, le digo al hombre y le agrego que esa maquina se necesitaba de verdad, que eso era algo que de verdad se necesitaba, inmediatamente y sin pensarlo el hombre dijo: -"Dile a ella que lo considere hecho"-. Le traduje a Josela lo que dijo el señor y nos alegramos.
Ambos pensamos que ellos traerían la maquina en su próximo viaje, pero no. En la tarde de ayer los norteamericanos citaron a todos los dueños de ligas, Josela y yo vivimos frente al play, con la excusa de que alguien había cometido un abuso en contra de ellos y que por eso no estaban contentos.
Como a la una de la tarde llegaron los norteamericanos con caras de pocos amigos y empezaron a hablar del abuso cometido en su contra y lo enojados que estaban, los dueños de ligas y Josela estaban nerviosos y confundidos, yo observaba por una ventana de mi casa; en un momento le dicen a todos que se acerquen a una camioneta en la que ellos andaban, quitaron una lona que cubría la parte de atrás y ahí estaba una maquina de cortar césped nueva, ellos fueron y la compraron en alguna ferretería de Barahona.
Lo que ellos dijeron en un discurso muy bonito al entregar la maquina fue que los impresionó que Josela ni yo le pedimos nada para nosotros, lo que no es muy común por aquí, y que pedimos para la comunidad algo que se necesitaba de verdad y urgente.
Eventos como este hacen que uno se sienta bien y que piense que no todo está perdido, que hay esperanza de un cambio y de un mejor futuro para nuestros jóvenes y niños, que es por quienes luchamos. Estas personas vienen cada año, en ocasiones hasta dos veces, ha predicar la palabra, ha enseñar nuestros muchachos los fundamentos del béisbol sin esperar nada a cambio para ellos, si acaso ganan alguna alma para Dios y con eso ellos se siente pagos.
Damos gracias a Dios primero y luego a esos ángeles que nos envía el Todopoderoso para hacer la diferencia y enseñarnos que no todo está perdido, que con fe y amor en Cristo todo se puede. ¡Dios bendiga a estos seres excepcionales y Dios bendiga a América!
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV) Sharing is sexy
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