Un policía muerto y sus dos mujeres

By El Barahonero sábado, 12 de enero de 2013 11 comments


Manuel era policía desde hacía treinta años y solo había alcanzado el rango de sargento mayor, así era la policía de los tiempos en que se originó esta historia. Un día lo llamaron de la comandancia y le informaron de sopetón que lo habían ascendido a teniente, la impresión fue tan grande que el hombre brincó para arriba, literalmente, y murió de un infarto fulminante. Lo paradójico fue que al morir, y por el buen servicio prestado en sus treinta años en la policía, lo ascendieron póstumamente a capitán. ¡Qué cosas tiene la vida!

La viuda, muy adolorida por la pérdida de su esposo, no dejaba de llorar. Parecía que tomaba aire y de un momento a otro se ponía tiesa, empezaba a dar gritos y revolcarse como una culebra. Sus familiares, amigos y relacionados comentaban que ella de seguro moriría en muy poco tiempo debido al dolor que le causaba la pérdida de su querido esposo. Familiares tuvieron que encargarse del velorio: Comprar la caja, el terreno para enterrarlo, etc. Estas fueron de las cosas que la viuda no pudo atender por su gran dolor.

La mujer lloraba y decía la siguiente letanía una y otra vez, como si fuera un disco rallado: -"Ayyyyyy Manuelito, te moriste carajo, tan bueno que era mi marío, guayyyyy, guayyyyy. ¿Por qué te lo llevaste Dios mío? Llévame a mí también, llévame, llévame, llévameeeeeeee, guayyyyyy, guayyyyyy. Me muero, me muero, ayyyyyy, esto si es grande carajo".

Al muerto lo estaban velando en la sala de la casa, una vecina notó que la caja estaba doblada y había oído que eso daba mala suerte, además un par de personas habían tropezado con el muerto, se le ocurrió decirle a uno de los hijos del muerto que enderezaran el féretro, cuando la viuda vio que le echaron mano a la caja brincó para arriba, se puso tiesa y empezó a gritar: -"No se lo lleven, guayyyyy, nooooo, noooooo se lo lleven, llevenme con él, ayyyyyy, sí, llevenme con él, me muero, me muero, bruuuuuuuuuuu, guay, guay, guayyyyyyy, que no se lo lleven"-. El hijo que acomodó la caja se le acercó a la madre, le pasó la mano por la cabeza y le dijo: -"Mamá, cálmate que solo acomodamos la caja, si sigues así te vas a morir".

El velorio seguía y cada vez que algún familiar o conocido entraba y le daba el pésame a la viuda esta se ponía mala y decía: -"Ayyyy, síííííí, míralo ahí, tan bueno que era, él era mi vida, que voy a hacer sin él Dios mío, guayyyyy, guayyyy, guayyy"-. Ya la gente no quería entrar a darle el pésame a la mujer por temor a que se muriera ella también

De un momento a otro llegó una camioneta de esas que viajan a Neyba, en ella venía una joven con una gran barriga, estaba embarazada. La muchacha llamó a un vecino y le pidió que llamara al hijo mayor del muerto, el vecino así lo hizo y el joven salió a hablar con la preñada. La muchacha enseguida se le acercó al hijo del muerto y le soltó lo siguiente: -"¿Tú eres hijo de Manuel?"- A lo que el muchacho le respondió afirmativamente. Inmediatamente la muchacha le dijo: -"Pues él era mi marido y este niño que llevo en mi vientre es su hijo y tu hermano".

Al joven le dio un mareo, empezó a sudar frío y pensó: -"Ahora si se jodió la vaina, de seguro que cuando mamá sepa esto se muere"-. Al hijo del muerto se le ocurrió consultar con los vecinos mayores de edad para que le aconsejaran qué hacer. Un vecino dijo que había que dejar que la preñada entrara a gritar su muerto, que sino el difunto no descansaría en paz y que ella no tenía la culpa de que Manuel fuese un chulo de la secreta.

Después de mucho discutir lograron ponerse de acuerdo y le permitieron a la muchacha que llorara su marido. Cuando la joven entró al velorio la esposa estaba en una habitación. La muchacha empezó a dar gritos y decía: -"Ayyyy Manuel me dejaste sola con tu hijo, ayyyyy, que yo voy hacer ahora sola. La viuda escuchó los gritos, se paró como si tuviera resortes en las nalgas, se secó las lagrimas, se recogió el pelo con una gomita, salió del cuarto y preguntó: -"¿Y ésta quién diablos es?"- Una vecina chismosa le soltó la respuesta de repente: -"Ella es otra mujer que tenía Manuel preñada en Neyba".

¡Mierda! La mujer abrió los ojos como una loca, se sacudió, y tiró un bufido sacudiendo la cabeza y los hombros, bruuufffffff, apagó las cuatro velas que alumbraban al muerto y dijo: -"Me cogen su muerto y se me van todos de aquí"- Eso lo decía mientras sonaba los dedos. -"Ya les dije, me cogen su muerto del diablo y se lo llevan para Neyba con todo y preñá, lo entierran en Neyba o en el infierno, no sé, se lo llevan ahora mismo".

La mujer fue a la cocina y buscó una lampara jumiadora, le echó gas al muerto para prenderle candela, los familiares y algunos vecinos, de los que no se fueron cuando la mujer los echó, tuvieron que agarrarla para evitar una desgracia. Finalmente, al muerto tuvieron que llevarlo a terminar de velarlo en la casa de una hermana que vivía cerca. Allí la principal doliente era la joven embarazada, quien no dejaba de dar gritos y de pedirle al muerto que no la dejara sola con la criatura.

Al muerto lo enterraron, pasaron los nueve días, el primer mes, el primer año y la viuda no se integraba a los rezos y misas, ella no expresaba ninguna manifestación de dolor ni simpatía con su esposo muerto, ni siquiera le guardó luto. A los dos años de la "partida" de Manuel se apareció la joven con el niño a la casa de la viuda, le explicó que ella quería mucho su hijo, pero que se había casado y su nuevo marido odiaba al niño porque era igualito al padre.

La muchacha le dijo a la viuda que ella no tenía con quien dejar al niño y que la única familia que éste tenía eran la viuda y sus hijos, los hermanos del niño. Los hijos de la viuda acogieron al niño, es que en verdad era igualito a Manuel, empezaron a jugar con él como si se conocieran de siempre. Los hijos de la viuda le rogaron de rodillas a su madre para que se quedara con el niño, la viuda no quería, pero al final accedió. Hoy el muchacho ya es un joven, solo conoce a la viuda como madre, la joven nunca volvió a aparecer y todos viven felices.

La viuda perdió a su marido sinvergüenza y ganó un hijo que la adora y la atiende mejor que los propios. La mujer ya perdonó al marido infiel, le prende sus velones cada vez que cumple años de muerto y le da las gracias por haberle dado un hijo tan bueno. ¡Qué vainas tiene la vida!
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)
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11 comentarios for this post


  1. Luis Medrano ( N.Y.)
    9:52 a. m., enero 12, 2013

    El cuento ( ó relato verídico ) es muy bueno... y propiamente pintoresco...pero el título tiende a confundir...al final yo pensaba que las dos mujeres se iban a matar entre ellas...pero no fué así.
    Cuando vi el titular pensé que en Barahona un policía había matado sus dos mujeres y él se había suicidado ( hoy eso es el pan de cada día en nuestro país ) no obstante en cuento es muy bueno...muy típico de nuestros pueblos y bastante aleccionador(deja un buen mensaje y describe el buen corazón de nuestra gente)
    Gracias... Rafelín por informarnos y también por entretenernos y hacernos reír un poco...!

  2. Luís, gracias por la "critica", de verdad la agradezco. Estas son historias que la gente me cuenta, en ocasiones de forma breve, y yo las "construyo" agregándole cosas de mi imaginación y vivencias.
    Me alegro hayas reído con esta historia.
    Un abrazo y que Dios te bendiga.


  3. Temistocles Santana
    12:49 p. m., enero 12, 2013

    MI HERMANO, ME CAYO MUY BIEN ESA HISTORIA. BUSCATE UNAS CUANTAS MAS, PARA QUE LAS PUBLIQUES EN LAS MAÑANAS. ME TIRE ESA HISTORIA O NO SE SI CUENTO, DISFRUTANDO DE MI CAFECITO MAÑANERO. FELIZ DIA. MUY REFRESCANTE EL RELATO.

  4. Temito, seguiré tu consejo. Esta es una historia semi verdadera, mi esposa me contó muy brevemente la historia de una vecina, y yo le agregué cosas de mis vivencias e imaginación. Que bueno te agradó. Un abrazo y que Dios te bendiga.


  5. Luz Albania Gómez Ramírez
    12:51 p. m., enero 12, 2013

    Muy bueno.

  6. Buen dia Héctor: Es una historia muy relajante. Muy buena reflexión ante la abunadancia del amor que sale del alma permitiendo que podamos perdonar y seguir luchando por un mundo mejor.

  7. ¡Buen día Manuel!
    Gracias por tus palabras para con este escrito. Los dominicanos, a pesar de las adversidades, somos gente buena, de buen corazón.
    Un abrazo y que Dios te bendiga.

  8. -Rafelin, siempre disfruto de tus medios cuentos, lo de medio te lo digo, por que dices que una parte te la inventas, esos relatos tuyos, me recuerdan a uno de los mejores costumbrista Dominicano Don Mario Emilio Perez, felicidades y exitos.

  9. Rubén, que bueno le agraden estas historias que con tanto gusto publicamos.
    Hermano, que usted haga esa comparación mía con el gran costumbrista dominicano, Mario Emilio Pérez, es un gran honor para mí, gracias.
    Un abrazo y que Dios le bendiga.

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