Hoy cumplo 20 años libre de alcohol, fiestas y mujeres de la calle

By El Barahonero sábado, 3 de abril de 2021 0 comments


Un sábado de gloria, por el año 2001, y luego de una gran borrachera el Viernes Santo, tomé la decisión de no tomar alcohol jamás en mi vida. Así pasó:

El Viernes Santo del año 2001, invité a la que es hoy mi esposa ha darle la vuelta al Lago Enriquillo, hacía apenas un mes que habíamos iniciado una relación, ella aceptó y arrancamos la travesía que casi siempre toma un día completo.

Partimos rumbo a Cabral, a la salida de la ciudad de Barahona me detuve en un colmado y compré una cerveza Presidente y ahí empezó la bebelata, tomaba solo porque mi novia no consumía ni consume alcohol.

Llegamos a Cachón y ahí compré otra cerveza. En Cabral nos detuvimos en el parque, terminé la cerveza y compré otra.  Esa me duró hasta que llegué a Duvergé, a la entrada de ese pueblo ví un gran letrero que decía: "Liquor Store". Me sorprendió el nombre en inglés.

Entré al lugar y mi sorpresa fue mayor cuando ví tanta variedad de alcohol en un negocio de un pueblo pequeño, me topé de frente con un litro 7.5 de Brandy Presidente, enseguida lo puse debajo de mi brazo y seguí mirando, más adelante me encontré con una botella de tequila, la cual era triangular y tenía un sombrero mexicano, me dirigí a la caja y cuando ví el precio tan barato mi sorpresa fue mayor.

Salimos y cogimos rumbo a Jimaní, nos detuvimos en el balneario La Zurza, ahí nos bañamos, abrí la botella de brandy, la cual venía con una copa, y empecé a tomar.  Duramos un rato ahí disfrutando de las aguas azufradas del lugar.

Luego continuamos rumbo a Jimaní, allí nos detuvimos en el parque, siempre con la copa en la mano y dándome mis respectivos traguitos.  Salimos de este pueblo rumbo a Boca de Cachón, allí nos paramos en el balneario y nos dimos un rico baño, duramos un buen rato ahí y luego seguimos rumbo a La Descubierta, allí llegamos  e inmediatamente fuimos donde una señora que vende un delicioso chivo guisado, nos dimos una "jartura" de apaga y vamonos.

Pernoctamos ahí por un buen rato, nos bañamos y yo seguía bebiendo como si no había mañana. Seguimos la travesía ahora rumbo a Neyba, siempre dándome mi traguito del brandy.  Llegamos a Neyba alrededor de las tres de la tarde, ahí nos atacó el hambre y entramos a un restaurante que está frente al parque, volvimos a comer chivo guisado, muy rico por cierto, luego cruzamos al parque y nos sentamos a conversar a la sombra de un gran árbol de laurel.

Luego de un buen rato, ya sentía yo el efecto del alcohol y el trajín del viaje, salimos rumbo a Las Marías, allí nos detuvimos y nos dimos un rico baño, el jumo se me quitó con el frío de las cristalinas aguas del precioso lugar. Ya bien entrada la tarde enfilamos hacia la ciudad de Barahona. Llegamos ya oscuro, allí me esperaba mi amigo de la época, Francisco Suero (La Kila), le entregué la botella de brandy, a la que solo le quedaba unos tres dedos de la bebida, lo vació en la copa y entre los dos no lo tomamos.

Al terminarse el brandy fuí al carro y busqué la botella de tequila y la pedí a Kirssi que me buscara limón y sal, así lo hizo y mi amigo y yo empezamos a tomar el tequila con limón y sal. Como a los cuatro tragos La Kila me miró, estaba sudando, y me dijo: -"Diablo, esa vaina si es caliente"-. A lo que me metí la mano al bolsillo y le dí dinero para que comprara una caja de cerveza Presidente bien fría, así lo hizo y seguimos tomando cerveza y tragos esporádicos de tequila con limón y sal.

Ya como a las diez de la noche yo borré, me contaron que me acosté con todo y ropa y que sudaba copiosamente, que me untaron gas en los pies, me pusieron hielo en mis partes íntimas y berrón en la nunca con alcanfor, ni así respondía, creían que me moría. Me dijeron que dejé de sudar, me calmé y me dejaron dormir.  Al otro día al despertar lo primero que sentí fue un tremendo deseo de vomitar, mandé a buscar a Kirssi, quien vivía al lado, cuando vino le dije: -"No vuelvo a tomar jamás en mi vida"-. Ella me miró y me dijo: -"Yo estoy saliendo contigo hace un mes y tú me has dicho eso tres veces"-. Ella tenía razón, pero esa fue la definitiva, desde ese día no volví a tomar ni ir a fiestas, me quité de todo lo malo de la calle. Dejé el alcohol, las fiestas, parrandas, mujeres de la calle, etc. Me quité gracias a Dios y les aseguro que jamás volveré a tomar un trago de alcohol. ¡Milagro de Dios una Semana Santa hace veinte años!

¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!

(HRCV)


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