La historia de un barahonero y su viaje en yola a Puerto Rico
William Batista (Foto Master) |
-"Era el año 1996, me estaba comiendo un "cable de acero inoxidable" en mi querida Barahona. Eran los tiempos en que venían los dominican-york con los bolsillos llenos de dinero, con modernos carros y vestidos al último grito de la moda. Todos los jóvenes de la época soñábamos con irnos a Nueva York para hacernos millonarios como los viajeros que venían de esa gran urbe y nos vendían el sueño de que allí se recogía el dinero en las aceras y cunetas.
Estando sentado frente a mi casa, debajo de un árbol de almendro, se me acercó un "amigo" y me ofreció coger la yola para Puerto Rico, me dijo que el viaje era un "tiro tieso" y muy barato, cinco mil pesos, que el organizador de los viajes ya se había llevado a medio Barahona. Que las yolas eran de primera y que el "Cónsul" (organizador del viaje) tenía buenos contactos con las autoridades. El tipo me lo pintó tan bien que entré en irme en el próximo viaje. Lo que no me dijo "el reclutador" fue que por cada diez personas que el conseguía le llevaban un pasajero gratis, cosa que aprovecharía para irse él y llevarse a miembros de su familia.
Hice cincuenta líos para conseguir los cinco mil pesos. "El reclutador" me llevó donde el "Cónsul" a quien le entregué el dinero, él nos dijo el lugar, el día y la hora que el viaje saldría. El día llegó y nos reunimos en una casa de la calle Mella, en Barahona. Ahí nos juntamos unas 130 personas, nos explicaron como sería la travesía de Barahona a La Cueva, en Miches. Llegaron dos minibuses que tenían capacidad para 66 pasajeros cada uno.
Salimos de la calle Mella y cuando íbamos por la avenida Luperón, cerca del Arco, nos detuvo la policía. Los policías hablaron con el "Cónsul", este se metió una mano en el bolsillo de su pantalón, sacó algo y se lo pasó al que parecía comandar al grupo de "agentes del orden", con eso los convenció y nos dejaron ir. Enfilamos camino a la capital y el viaje transcurrió sin ningún inconveniente.
Llegamos a Santo Domingo y paramos en la avenida México esquina Juana Saltitopa ha recoger otro minibus lleno de viajantes capitaleños. Seguimos viaje hacia Higüey, allí nos detuvo la policía y el "Cónsul" le dijo a los agentes del orden que habíamos ido a esa ciudad a disfrutar de las fiestas patronales, que por casualidad se celebraban por esos días. El jefe del grupo de policías le creyó, pero no sin antes el cónsul volver a meterse la mano al bolsillo y entregarle algo que no pudimos ver de que se trataba.
En Higüey paramos en una casa de un contacto que tenía el Cónsul, los minibuses retornaron a Barahona y tomamos otros vehículos que nos llevaron a La Cueva, en Miches, donde esperaríamos la salida de la yola con destino al "paraíso soñado", Puerto Rico, y desde allí la mayoría teníamos pensado seguir camino hacia Nueva York a hacernos ricos, ha recoger billetes en las cunetas.
En el monte la cosa se puso fea, los mosquitos nos querían comer vivos, las arañas parecía monstruos, los ciempiés eran gigantes, no había agua potable y teníamos que dormir a la intemperie. Duramos como diez días para salir rumbo a Puerto Rico. Finalmente salimos, la yola era grande, pero frágil. Cuando salimos la gente empezó a inyectarse medicamentos para el mareo, unos se metían Diazepam, otros inhalaban cocaína y fumaban marihuana, aquello parecía un manicomio.
Todo iba bien, el mar estaba en calma, cuando ya llevábamos unas cuantas horas de viaje todo se puso oscuro; sin ninguna razón la gente empezó a gritar y a pedir auxilio, aquello era una locura. Una mujer gritó: -"mira ese tiburón se va a meter en la yola"- Pero era mentira, la mujer alucinaba. Otro dijo que su mamá, que estaba muerta, lo estaba llamando desde el mar. La mayoría de la gente vomitaba, el mar se enfureció, la yola crujía como si se fuera a partir. Se oían oraciones, gritos, crujir de dientes, maldiciones y la voz del capitán que llamaba a la calma. Yo nunca había visto un infierno como ese ni en películas.
Cuando llegamos al Canal de la Mona a la yola se le hizo un boquete, la gente se quedó como hipnotizada, paralizada, un muchacho y yo empezamos a sacar agua, nadie quería ayudar, todos estaban como locos. Le quitamos las camisetas a unos cuantos pasajeros y tratamos de tapar el hoyo, pero todo era imposible, la yola cogía demasiado agua. Cuando vi eso miré al cielo y me encomendé a Dios.
De un momento a otro la yola voló por los aires, cayó en peso y se partió en dos. Vi la gente volando como si tuvieran alas, luego se hundían, otros nadaban, los gritos eran infernales. No sé si aluciné, pero vi que el cielo y el mar se iluminaban como si fuera un estadio de béisbol. Vi al muchacho que me ayudó a tratar de tapar el hoyo hundirse a unos veinte pies de donde yo estaba y no pude ayudarlo, eso nunca se me olvidará, era el momento de sálvese quien pueda. Empecé a nadar sin saber a donde iba.
Nadaba un rato y bollaba otro rato, descansaba y volvía a nadar. Me atacó un calambre terrible en mi pierna derecha y me hundí buscando el fondo del mar, le pedí a Dios que me ayudara y sentí como si mis brazos se convirtieron en alas y empecé a aletear hasta que salí a flote, eso fue un milagro. Volví a boyar por un rato, cuando descansé empecé a nadar de nuevo. Llegó un momento que ya no podía nadar más, los brazos me pesaban y ya no tenía energía. Vi pasar un embace grande de plástico delante de mí, traté de alcanzarlo y mi cuerpo no respondió, ahí exclamé: ¡Dios mío ayudame, no me dejes morir! Ahí sentí una fuerza que me levantó por los aires y caí encima del galón.
Puse el galón debajo de mí y empecé a nadar como un perrito, una ola me levantó a una altura increíble y vi una playa, mi corazón cogió animo y empecé a nadar con fuerza, pero no lograba avanzar, hasta que oí el motor de una yola y empecé a bocear: ¡Auxilio, aquí hay un vivo! Oí una voz que preguntó: ¿Dónde estás? Y yo volví a gritar: ¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! ¡Ayudenme que me muero! La yola se acercó, me subieron y me desmallé.
Desperté en el hospital de Higüey. Una gran parte de mi cuerpo estaba quemado, me sentía débil. Me llevaron a la morgue para que identificara unos muertos que habían rescatado del mar, entre ellos reconocí al joven que me ayudó a sacar agua de la yola y unas mujeres que conocía de Barahona. Se ahogaron 18 personas, milagrosamente se salvaron la gran mayoría. Estuve unos días interno en el hospital y de ahí me llevaron a la cárcel del Ensanche La Fe, en Santo Domingo. A los tres días de estar allí encontré a un barahonero conocido, quien me regaló cien pesos y me dijo que me ayudaría a salir de la cárcel. Ese mismo día, unas horas después, iba yo de camino a Barahona.
Desde ese día cambié mi actitud y empecé a amar mi país más que nunca, me dije: me quedaré en mi país y no arriesgaré la vida jamás para irme a tierras extranjeras en una maldita yola, Aquí es que está Dios. Ahora soy fotógrafo, pintor y sastre. Siempre tengo dinero en el bolsillo y la comida no me falta. Creo que no vale la pena arriesgar la vida buscando un sueño que se puede convertir en pesadilla. Dios me dio una oportunidad y no la voy a desperdiciar. ¡Gracias padre amado!
Nota del editor: esta historia la estamos publicando para que las personas tomen conciencia y no arriesguen sus vidas cogiendo una yola que los puede llevar directo a la muerte. Viajen legal, estudien una profesión o aprendan un oficio para que puedan ganarse el pan de cada día en su tierra. El que te invita a subirte en una yola no es tu amigo y solo busca algún beneficio personal.
Esta historia fue escrita y editada por: Héctor Rafelín Cuello (El Barahonero).
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)
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Juanml
3:34 p. m., diciembre 10, 2011
Hector parece mentira pero con tantos viajes ilegales y tantas historias y dramas humanos, y creo que es la 1ra. vez que leo un relato tan detallado de parte de un protagonista que por suerte sobrevivio a esa tragedia y asimilo la experiencia, encontrando una alternativa para quedarse y producir lo que necesita en su propio pais.
Si recuerdo un ex trabajador en la empresa que labore por 18 años en Santo Domingo (Ind. Comercial Papelera, que fabricaba los productos Victoria entre otros, ahora pertenece a una multinacional), ese hizo dos viajes exitosos ambos, la razon del 2do. fue porque lo atraparon trabajando ilegal (despues del 1er. viaje) y lo deportaron y luego volvio, pero esa vez se caso e hizo residencia (eran los 90's y los papeles todavia salian con relativa rapidez). Como ese quizas muchos otros tambien hicieron el viaje sin contratiempos, pero el riesgo es muy grande y debemos pensar que lo mas preciado que tiene un ser humano es su vida, y no vale la pena arriesgarla por practicamente una fantasia, sobretodo en estos nuevos tiempos, que hay dificultades en todas partes, las cuales se agravan mas para el que reside ilegal en un pais, sin importar si es USA, PR, Canada, o cualquier pais Europeo (ahi si que estan color de hormigas).
No es que seamos conformistas pero hay que buscar alternativas realisticas dentro del medio que uno este, en ningun lugar terrestre el "Paraiso" existe, siempre que se gana algo tambien se pierde otra cosa, por lo que si las circunstancias nos obligan a quedarnos en el pais, debemos hacer un plan (de nuevo realistico) que nos permita vivir bien o mal en ese medio (donde a lo mejor careceremos de ciertas comodidades materiales pero siempre tenemos el afecto y camaraderia de familiares y amigos).
Ojala no tengamos que escuchar en el futuro historias similares, muchas bendiciones para ese caballero que aprendio de su experiencia y la comparte con otros para que aprendamos sobre esa realidad.
El Barahonero
4:22 p. m., diciembre 10, 2011
Juanml, para escribir una historia como esta hay que dedicarle mucho tiempo, quizás por eso muchos no las escriben. A mí me gusta hacerlo, ya que de esa manera envío un mensaje a nuestra gente, como tu bien dices, la vida es lo más preciado que tenemos y hay que cuidarla.
El Master es un ejemplo, él hizo de una tragedia algo bueno y beneficioso para él.
Agradezco tus palabras y, muy especialmente, el mensaje de tu comentario.
Dios te bendiga.
Luis Medrano ( N.Y. )
11:25 a. m., diciembre 11, 2011
Héctor..quiero hacerte una humilde
sugerencia...Porqué cambiaste el
formato de tus fotos que tanto se
podían apreciar con más intensidad
cuando las publicabas...?
Creo que las fotos ampliadas se
pueden disfrutar más los detalles
de las mismas...No sé si el actual
formato es obligatorio...pero el
anterior era más encantador...
Con respeto y aprecio como siempre se despide de ti...Luis Medrano...
Antonio Lopez
1:20 p. m., diciembre 11, 2011
Saludos Rafelin,
Por la importancia de esta nota la copie en mi portal plutis.com y de esa manera tambien aportar en la concientizacion de nuestra gente, de aqui en Estados Unidos no es el paraiso mucho menos en Puerto Rico.
Antonio Lopez (Butarco)
El Barahonero
1:38 p. m., diciembre 11, 2011
Antonio, gracias por difundir nuestro humilde trabajo. Todo lo que se publica en esta pagina puede ser difundido en otras, siempre y cuando se nos den los créditos correspondiente.
Dios te bendiga.
El Barahonero
1:42 p. m., diciembre 11, 2011
Luís, cualquier sugerencia que venga de usted es bien recibida. Ese cambio no fue hecho por mí, sino que parece es de blogger. Algunas veces, cuando uso el buscador de Mozilla Firefox las fotos abren a pantalla completa y cuando uso el de Google me abre en una pantalla alterna.
Gracias por tu sugerencia. Esta pagina es de ustedes los que la leen.
Dios te bendiga.
Ysa Batista
5:01 p. m., diciembre 11, 2011
Tremendo que calidad de relato que bien que bueno lo expuso que gran historia, la verdad la vivi, le recomiendo humildemente que se asesore y escriba un libro, gracias y bendiciones al yolero y a ti ... y corroboro con juan se de quien habla trabaje tambien con juan..
El Barahonero
6:30 p. m., diciembre 11, 2011
Ysaías, agradezco tus palabras. Definitivamente que un día escribiré un libro de estas historias de la vida real. Las estoy acumulando para escoger las mejores y ponerlas todas juntas en un libro.
Gracias por el consejo, por el comentario y que Dios te bendiga.
naco bienva
4:27 p. m., diciembre 12, 2011
hector la fechas no coisiden ,pero ese viaje y el mio se parecen mucho ,esa historia narrada por esa persona puedo decirte por esperiencia que es verdad ,ahora estoy aqui cojiendo casi la misma pela con agua,luz y comida ,aunque un poo mejor que en barahona ,esperemos nadie pase ese tipo de cosas ,pero tambien que en nuestro pais se arreglen las cosas dios nos cuide
El Barahonero
5:44 p. m., diciembre 12, 2011
Naco, gracias por corroborar lo que se dice en este escrito. Siempre hablo con personas que cogieron la yola y casi todas las historias son similares, por eso no me sorprende esta se parezca a la tuya.
Gracias hermano y que Dios te bendiga.