¿Qué es peor la cura o la enfermedad?
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| Suzira Miranda... |
Hace un año y medio estuve de visita en mi país, República Dominicana, como es costumbre nuestra con algunos regalitos para mis familiares, entre ellos unas argollas de oro a mis dos sobrinitas , al pasárselas a mi hermana, ella me dijo: Gracias mi hermana, se las pondré cuando salgan de paseo con nosotros, porque si se las pongo para mandarla al colegio hasta me las matan para quitárselas, Dios libre, contesté aterrada, como va hacer, hace 10 años yo salía de la UASD las 10:00 de la noche y llegaba a mi casa casi a las 11:00 todos los días en la autopista Duarte, y tenía alguna que otra prenda y nunca me paso nada, los tiempos han cambiado me contesto ella, ahora si sales con algo que parece oro te lleva quien te trajo, los atracos están a la orden del día, los delincuentes no creen en nadie, tienen al pueblo en zozobra.
No puedes andar con una cartera decente, porque te tumban el brazo, si recibes dinero de algún familiar debes tener cuidado porque te toman el día y la hora de cuando sales a buscarlo y te lo quitan, no sin antes darte un par de pescozones. ¡Oh Dios! ¿Y que hace la policía al respecto? Los pocos que no son parte de la misma acción hacen lo que pueden, pero agarran uno hoy y sale mañana, aparte de que cada día un joven nuevo ingresa a las filas delincuenciales del país.
Ante este panorama desolador, oscuro y terrorífico viven los dominicanos, y nosotros como pueblo a veces pensamos: Deben matarlos a todos. Dura y cruda forma de verlo, pero es el miedo hablando. Miedo por la vida propia y por los hijos que día a día salen a trabajar, estudiar o cualquier actividad de la vida diaria y como padres solo nos toca rezar para que Dios nos los devuelva con vida, volviendo el aliento a nosotros solo al verlos cruzar la puerta.
Lo triste del caso es cuando pensamos en un remedio, para terminar esta tortura tenemos que vivir con la pregunta, pero cuantos inocentes tendrán que morir disfrazados por las autoridades como delincuentes,
cuantos morirán en fuego cruzado con la policía o ejecutados, tendrá alguna madre que sufrir al enterrar un hijo bueno, calumniado de delincuente para justificar una acción injusta del cuerpo policial.
Nuestro pueblo merece vivir sin miedo, pero sin miedo a los delincuentes, ni a la policía. No podemos seguir viviendo en la barbarie, somos un pueblo del tercer mundo, es cierto, pero no somos salvajes. Necesitamos educación para los auxiliares de la justicia para que representen con valor y honor sus uniformes, para que el pueblo se sienta confiado con su presencia. El pueblo necesita confiar en los que tienen el deber de protegernos, hoy fue un delincuente ejecutado, pero mañana quién será.
Ahí cabe la pregunta: ¿Cuál es peor la cura o la enfermedad?
Suzira Miranda es una barahonera residente en USA. Sharing is sexy
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Trinidad
6:45 p. m., noviembre 20, 2012
Con la enfermedad estamos cien por ciento de acuerdo con lo que expresas, pero con la cura, es asunto de que le duela a los politicos; pero como nunca he leido que han atracado uno de ellos creo que seguiremos sufriendo y viviendo con este cancer.
Ruben Aponte H
8:42 p. m., noviembre 20, 2012
Querida Suzira, esa es la realidad, de nuetro pais, una cruda realidad, quiero que sepas, que todas estas cosas, no son mas que la gran descomposicion moral y social que sufren nuestros pueblos, donde nustros jovenes ven, que es facil robar y vender drogas, cuando los que estan supuesto a gobernarnos, lo que hacen es enriquecerse, sin que nadie los cuetione. Un pais ddonde la justicia solo se aplica al que nada tiene, por eso es mas facil hacer cosas, que ir ala escuela y hacer una profecion, que en su mayoria, luego no consiguen donde laborar. Que dios te vendiga siempre.
Unknown
9:56 a. m., noviembre 21, 2012
Hola! gracias por compartir sus ideas pero hasta que en nuestro país no se valore mas el sacrificio, el esfuerzo del que estudia y se supera nuestras esperanzas son muy pocas, hasta que la brecha de la desigualdad social y económica no se cierre un poco es muy poco lo que podemos esperar, lamentablemente quien paga es el pueblo, quien vive sin esperanzas y los jóvenes sintiendo un futuro incierto cada día de sus vidas. Pidamos a Dios ilumine los que nos gobiernan pues solo Dios puede hacer el milagro de tocar corazones llenos de avaricia, indiferencia e indolencia por su propio pueblo.
Eurípides Velázquez V.
10:43 a. m., noviembre 23, 2012
La corrupción llevada a cabo por los administradores del Estado, es la que genera parte de los males sociales que hoy desgarran al pueblo.
Presos los corruptos, que cargan con los recursos de la gente pobre,haría bajar los niveles delincuenciales y violentos en los paises tercermundista como el nuestro.