Indigentes en Barahona: una triste epidemia

Los (as) indigentes en las calles y plazas de Barahona se han convertido en una epidemia.  En las calles y parques de nuestro pueblo uno puede encontrar enajenadas (as) mentales, drogadictos y niños durmiendo o vagando a cualquier hora del día o la noche.

Cuando tomaba esta fotografía se me acercó un niño limpiabotas y me sorprendió al decirme que el hombre que aparece en esta foto es su tío.  Le pregunté por qué el hombre dormía en la calle, por qué estaba tan sucio y si él no tenía una casa dónde vivir.

El muchacho me dijo que el hombre solía vivir con su mamá, pero que le dio tantas mortificaciones y malos ratos que la señora se murió, dejando de herencia la casa donde vivía con este hombre a una hija mayor.  Según el muchacho los hermanos quedaron viviendo en la casa, pero el hombre seguía consumiendo drogas, le robaba a la hermana y le estaba dando las mismas mortificaciones a su hermana que le daba a la difunta madre.

La hermana tuvo que tomar una triste decisión y lo botó a la calle, ahora duerme donde le coja la noche, roba y pide para mantener su vicio.  Esta historia es similar a la de cientos de personas que viven en nuestras calles abandonados por sus familias al estos no poder controlarlos, ya que el vicio y las enfermedades mentales los domina y desarticula toda la familia.

Lo peor de todo es que no hay un lugar en el país, y mucho menos en Barahona, donde llevar a estos seres humanos cuando pierden sus facultades mentales debido a las drogas o a alguna enfermedad mental.  Por eso viven en las calles y parques, andan sucios y comen de la basura, todo esto ante las miradas indiferentes de las autoridades que nos mal dirigen.  ¿Cómo se salva la patria con tanta indolencia?

Lo único que se me ocurrió fue decirle al muchacho que se fijara bien en su tío para que vea lo que hacen las drogas.  Que estudiara y se alejara de los vicios para que no termine viviendo en las calles, comiendo de la basura.  El bajó la cabeza y me dijo:   -"Sí señor, yo sé como es eso, la tentación es grande en la calle cuando uno tiene que andar solo buscando un peso para ayudar a la madre, pero estoy con Dios y sé que el me ayudará a no caer en las malditas drogas"-.  Le "eché" una bendición con un nudo en la garganta y lagrimas en mis ojos.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)