En los zapatos de una Princesa

Suzira Miranda...

Cuenta la historia que había una niña de 11 años que se llamaba Laura, tenia un hermano mejor que se llamaba Carlitos, quien tenia 7 años, ambos vivian con sus padres, tenían una vida feliz donde compartían los juguetes, la computadora, comían todos en la mesa y disfrutaban paseos en familia con frecuencia; pero Laura no era feliz, constantemente se quejaba de tener que compartir con su hermano, estas eran sus quejas:

Yo quiero ser una princesa, si lo fuera no tendría que compartir nada con mi hermano, no tendría que ir a la escuela, tampoco tendría que ir a un parque y hacer turno para usar los juegos pues tendría mi propio parque, no me imagino la felicidad de no tener que ir a la escuela y hacer largas filas para entrar al salón de clases, me construiría mi propia escuela.  ¡Oh Dios! Deseo con todo mi corazón ser una princesa y tener mis cosas para mi sola toda mi vida. Esta era su letanía cada vez que algo no le agradaba o no tenia todo lo que quería, pero una noche antes de los Reyes Magos, soñó que un hada madrina se presentó ante ella y le hizo esta pregunta:  Mañana es el día de Reyes hoy puedo darte el regalo que quieras, muñecas, computadoras, juegos de vídeos, bicicletas.  ¿Dime que quieres de regalo?  A lo que ella muy segura contesto:  -"Nada de esas cosas, lo único que deseo en el mundo es ser una princesa"-.  La Hada la mira con sorpresa y le pregunta:  -"¿Estas segura?"-.  -"Sí, lo estoy, estoy cansada de vivir mi vida como una niña pobre compartiendo todo y sin poder tener mis propias cosas".

El Hada levanta su vara mágica y comienza a caer el polvo mágico llenando a Laura con su luz, ella nerviosa y sorprendida sigue durmiendo; la mañana siguiente al abrir los ojos no podía creer lo que veía, estaba en una hermosa habitación con las paredes mas altas que había visto, unas lindas cortinas azules y todo decorado de una manera que parecía que le habían leído su mente, era todo tan maravilloso para ella que no podía creer que eso estuviera ocurriendo. Dio un salto de felicidad sobre su cama y grito a todo pulmón:  -"Soy una princesa, ahora podré ser feliz para siempre".

Se levantó de su cama y corrió a la cocina por un enorme pasillo, alfombrado con una exquisita alfombra y la decoración mas elegante que había visto en su vida, cuando llega a la cocina están allí tres personas las cual ella supone de inmediato que estarán al servicio de la casa y les pregunta:  -"¿Dónde están mis padres, por qué mi mamá no ha preparado el delicioso desayuno que me prepara todos los días?"-.  A lo que ellos contestan:  -"Sus padres princesa, se encuentran de viaje, los Reyes estarán fuera de la ciudad por tres meses resolviendo asunto del reinado.  ¿Ah, y mi hermano dónde está?"-.  Pregunta nuevamente. El príncipe estará en un internado para niños lideres del mundo, pasara un año para que vuelva a verlo, contestaron.

No le gusto mucho la idea pero entendió que era el costo por ser una princesa, llega a su habitación para prepararse para ir a la escuela y allí está su institutriz para ayudarla, Laura le dice:  -"No necesito ayuda para vestirme, puedo hacerlo sola"-.  La señora le contesta:  -"Claro que no, mi trabajo es hacer que usted luzca como una princesa, y le aseguro señorita que haré mi trabajo"-. Yo quiero elegir mi ropa, lamentablemente no puede, yo lo haré por usted, y la vestiré de una manera apropiada, no, contesto con autoridad me pondré lo que quiera, lo siento aquí esta su ropa, debe obedecer.

Nada feliz obedece y cuando piensa descansar un poco de todo aquello le dicen: En la habitación de al lado esta su salón de clases, debe ir allí y esperar sus maestros, Ellos llegaran en 10 minutos;  ¿No iré a la escuela?  Pregunta.  No, todas sus clases las tomará en el palacio, no se preocupe no tendrá que hacer largas filas para llegar al salón de clases, tendrá su salón para usted sola, le contestaron.

Por la tarde le dice a una de las señora que la cuida, será posible que usted me lleve de tiendas, quisiera comprar algunas cosas para entretenerme, ella le contesta, no señorita, no es necesario, solo camine hasta el final del pasillo la puerta que vera de frente es un salón de juegos donde usted encontrara toda lo que desea y sin tener que compartirlo con nadie, está bien le contesta y camina hacia el salón mencionado, cuando entra ve todo aquello que alguna vez deseo, y se da cuenta que no era divertido jugar sola.

Pasan los días en la misma rutina y comienza a extrañar a sus padres, a su hermano, a sus amigos de la escuela, los paseos al parque, a las tiendas con sus padres aunque no comprara todo lo que deseaba la vida era mas divertida y satisfactoria, desea oler del desayuno de su madre en la cocina en las mañanas, el beso de su padre en la frente antes de irse a la escuela, la voz de su hermano llamándola a cada momentos, los juegos con sus compañeros de escuela, y pensó: Que feliz yo era y nunca me di cuenta, como desearía volver a tener mi vida de nuevo, yo no quiero ser mas una princesa.  Entre llantos y sollozos se quedo dormida, en sus sueños regresó la Hada Madrina y le preguntó:

¿Por qué lloras?  Con una cara de felicidad por verla de nuevo Laura le dice:  -"Ya no quiero ser más una princesa, deseo ser la niña que era"-.  La Hada le contesta:  -"Eso no es posible, tu deseo de ser princesa era tan fuerte, la fuerza de tu corazón tan enorme que llevó tu sueño a volverse realidad, ahora para que eso se revierta tienes que demostrar con todo tu ser que apreciarás todo lo que tenias en el pasado, que disfrutaras compartir lo que tienes, que amarás a tu hermano aunque tengas que compartir con él, que entenderás que tus padres no tendrán en ocasiones todo lo que deseas mas no por eso dejan de ser las personas que mas te aman, el mundo no solo se componen de cosas materiales sino también de sentimientos que nos llenan de felicidad cada día, es algo que debes de entender y demostrar que has cambiado la forma en que ves el mundo, entonces a lo mejor todo regrese a la normalidad, tendrás que demostrarlo"-.  Se quedó pensando largo rato hasta que volvió a dormirse.

A la mañana siguiente un delicioso olor que salía de la cocina la despertó, sin percatarse siquiera de los cambios en la habitación, corrió hacia allá al llegar ahí estaban sus padres, su hermano sentados todos en la mesa esperándola para el desayuno y luego irse a la escuela, nunca había visto algo tan maravilloso, su familia junta, feliz, era la primera vez que notada lo delicioso de la comida de su mamá, la voz de su hermano era como música para ella, y ver a su padre la hacia sentirse la niña mas afortunada de la tierra, al llegar a la escuela todo parecía mas hermoso, sus amigos y maestras tenían las sonrisas mas lindas del mundo, pero ella nunca lo había notado, estar en el recreo con otros niños nunca había sido tan divertido, no dejaba de pensar lo egoísta que había sido y ahora quería ser una persona diferente, pasaron los días y ella era cada día mas feliz, disfrutaba todo lo que tenia sin pensar en lo que le hacia falta y una noche maravillosa el hada regreso a su habitación y le dijo:  -"Pienso que ya estás lista, no te preocupes nada cambiará, puedo ver en tu corazón lo feliz que eres, y lo que aprecias compartir lo que tienes con los demás.  Ella le contesta:  -"Sí, me di cuenta que tener de todo para jugar y estar sola y sin compartirlo no es lo que yo pensaba, nada tiene valor si no podemos compartirlo"-.  Se dieron un abrazo y se despidieron para siempre.

La mañana siguiente el sol parecía tener mas luz que nunca, las flores tenían un fuerte aroma que con la brisa llegaba a su cara, miraba el cielo azul y agradecía lo feliz que se sentía.  Nunca mas quiero las cosas para mi sola, toda mi vida quiero sentir en mi corazón la alegría que produce compartir, este será el mejor día de reyes de mi vida y sonrió.  Ella fue feliz para siempre junto a su famlias.


Suzira Miranda