Productividad y Competitividad

Luis Eduardo Díaz Franjul...

Sin duda alguna los niveles de crecimiento económico de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo van asociados al nivel de productividad que conduce al desarrollo económico. Primero eso. En segundo lugar, la competitividad que solo busca la eficiencia de las empresas existentes, contrario a la productividad que propugna por un mayor número de empresas públicas y privadas de bienes y servicios. Dentro de estos parámetros es donde encaja la "Teoría de la Desigualdad y/o PIB 2.0 - Pacto por la Productividad" con el propósito de combatir la pobreza y aumentar el empleo de manera pragmática y no cosmética como estilan los partidos políticos de países en vías de desarrollo, donde la pobreza suena como palabra hueca en campañas electorales.

Entre los males que afectan la República Dominicana, siendo el principal la pobreza, le secundan los altos niveles de corrupción y la rampante impunidad asociada a ella; el irrefrenable endeudamiento externo y la masiva inmigración ilegal haitiana que desplaza mano de obra dominicana, amén de las modalidades de supervivencia migratoria que le pasan factura al Presupuesto General del Estado. Todo esto y algo más constriñe la brecha que impide alcanzar el desarrollo económico partiendo de un crecimiento económico desconectado de la pobreza, tal y como lo reconocen los organismos internacionales de financiamiento (FMI, BID, Banco Mundial, Cepal, etc.). Parece ilógico pero es así.

Por esos motivos mis planteamientos se concentran en la pobreza por encima de todos los males que afectan la República Dominicana. Para combatir este patético flagelo fue que planteamos el "PIB 2.0 - Pacto por la Productividad" y/o Teoría de la Desigualdad, publicada en los medios digitales el 15 de abril del año 2014. Aún así me resta mucho por decir sobre esta teoría, reconociendo que no lo he dicho todo dependiendo del protagonismo o comportamiento que en materia de pobreza y empleo puedan exhibir los sectores público y privado.
  
Las políticas públicas del Estado Político y/o Supra Estado Colonial que tenemos desde 1962 hasta la fecha, al igual que las iniciativas del sector privado y/o sectores productivos, al parecer tienen su propia agenda. Aún así reconozco que los sectores productivos son la base que sustenta el crecimiento económico, en una u otra dirección, a pesar de lo cual la pobreza sigue viento en popa a falta de una fórmula que la mitigue o detenga dentro de un esquema de creación de riqueza, como es el caso del "PIB 2.0 - Pacto por la Productividad".

Mientras los sectores público y privado transiten por caminos separados no hay manera de estructurar políticas públicas que real y efectivamente detengan el flagelo de la pobreza, por lo que es un imperativo la formación de un pacto por la productividad entre ambos sectores para combatir ese flagelo. En este sentido, antes de hablar de competitividad hay que tener muy en cuenta las oportunidades o ventajas comparativas con que cuenta la República Dominicana para expandir el radio de acción de nuevas empresas públicas y privadas de bienes y servicios. De no ser así la Teoría de la Desigualdad no tendría sentido  como teoría que genera riqueza o crecimiento económico para luego alcanzar el crecimiento económico.

Visto lo anterior, pude notar que en días pasados salió a la luz pública la "Iniciativa por la Productividad y Competitividad Nacional", un nuevo espacio para unir los esfuerzos de los ámbitos público y privado en interés de mejorar la competitividad y productividad en la República Dominicana (Decreto 237-15). El enfoque habla de los Sistemas de permisos y trámites administrativos; comercio e inserción en mercados internacionales, eficiencia y ordenamiento de mercados internos; infraestructura, transporte y logística; desarrollo de mercados financieros; ambiente macroeconómico y fiscal; innovación, fortalecimiento institucional y encadenamientos productivos.

Dentro de este esquema más bien sobresale la competitividad y no la productividad en vista de que el análisis aplica a las empresas existentes, sin mayor aporte a la riqueza material para combatir la pobreza y el desempleo. Son más bien medidas de supervivencia. Lo que más se le acerca al PIB 2.0 - Pacto por la Productividad son los "encadenamientos productivos". De acuerdo al señor Antonio Taveras, Presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), "la competitividad implica la eficacia de las empresas, pero también la del Gobierno para generar un encadenamiento virtuoso o una alianza que confiera calidad al crecimiento de la actividad económica". El señor Taveras no está equivocado del todo, tiene algo de razón, solo que circunscribe su análisis a las empresas existentes.
                                                                                                                                 
En sentido general, todo lo relacionado con la "Iniciativa por la Productividad y Competitividad Nacional" va asociada a aspectos institucionales, de planificación, etc., y al supuesto equilibrio macroeconómico.  Digo "supuesto equilibrio macroeconómico" porque el mundo nunca está en equilibrio debido al factor humano y fuerzas de la naturaleza, lo que perturba la fidelidad de los pronósticos relacionados con el crecimiento y desarrollo económico de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, como es el caso de la República Dominicana. Pero si los sectores público y privado caminan juntos para lograr metas y objetivos para reducir la pobreza y aumentar el empleo, como es el caso del "PIB 2.0 - Pacto por la Productividad", el camino hacia el desarrollo es más firme y menos traumático. Sharing is sexy