¡Se me murió mi hija adorada América Cuello!

By El Barahonero miércoles, 9 de mayo de 2018 0 comments
Ayer en la madrugada nos despertó mi hijo Karol, alarmado porque encontró a su hermana muerta en su cama, desde ese momento el dolor que sentimos es algo que no puedo explicar, hay que pasar por algo como eso para entender a qué me refiero.

Mi hija nació con problemas hace quince años, ella cumplió sus quince añitos el 11 de diciembre del 2017, le faltó oxigeno al nacer y por ello desde que nació convulsionaba violentamente y en ocasiones varias veces al día.  Los doctores dijeron que ella iba a ser un "vegetal", que no caminaría, no hablaría y tendría un gran retraso mental.

Sufrimos mucho con esa noticia, pero pusimos todo en manos de Dios y ella, milagrosamente, fue recuperándose, empezó a caminar cuando cumplió un año de edad, con el tiempo las convulsiones se fueron reduciendo en tiempo, solo le daban cada cierto tiempo.

Ella en sus últimos días decía algunas palabras, era cariñosa, amorosa, juguetona, aunque cuando se regaba había que dejarla tranquila, todos nos echábamos a un lado hasta que ella se calmaba, entonces empezaba a repartir besos y abrazos, ella era la jefa.

Todavía no puedo borrar de mi mente la imagen de mi muchachita muerta, después de quince años de lucha, de darle mucho amor y cariño, este acontecimiento nos marcará para toda la vida.  Hacía más de un año que no convulsionaba, ya creíamos que había superado esa etapa de su enfermedad y se nos muere.

Anoche, luego que enterramos nuestra amada niña, llegué a mi casa con mis hijos, nos acostamos y no pude dormir hasta que cerré los ojos como por media hora y tuve un sueño, mas que un sueño fue una visión divina:  Vi a mi hija en un lugar precioso, rodeada de ángeles, con una paz en su rostro inmensa y con una voz sumamente bella me dijo que no llorara ni sufra más, que ella estaba bien, que nos cuidaría desde el cielo.

Mi hija era inocente, no tenía ninguna clase de malicia, era un ángel en la tierra y sé que lo será en el cielo.  Mi hija nunca hizo nada malo en sus quince años, por lo tanto sabemos que estará junto a Dios. Hija de mi alma, fuiste la luz de mis ojos, mi amor incondicional, espérame en el cielo, que haré todo lo posible por logar la vida eterna y volver a verte allá junto a Dios.  ¡Te amo mi corazón, mi alma!

Nota del editor:  Gracias a todos nuestros familiares y amigos que estuvieron presente durante el velatorio y entierro de nuestra amada hija.  También damos gracias a quienes nos han escrito por las redes sociales, nunca tendremos con que pagarles sus muestras de solidaridad y cariño.  Mi esposa, hijos y demás familiares les estaremos eternamente agradecidos.
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)





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