¿Las pastillas o la comida de los hijos?

Estoy sumamente alarmado por la situación que se está dando en nuestro país con los medicamentos que sirven para regular la presión arterial y para controlar afecciones cardíacas. Muchas personas están muriendo de infartos y derrames cerebral por que no pueden comprar los medicamentos que les recetan los médicos y que no se venden en Promese (programa de venta de medicamentos del estado), lo que obliga a los pacientes ha comprarlos en las farmacias.
Imagínese usted una ama de casa que su esposo trabaje y ella no, que tenga que comprar una pastilla para regular la presión arterial que cueste 48.00 pesos (Accupril 20 mg.), una para el corazón que cueste 75.00 pesos (Micardi 80 mg.), y otra para bajar el colesterol que cueste alrededor de 100.00 pesos (Lipitor), esas tres pastillas suman 223.00 pesos diarios. Si el esposo gana 10.000 pesos mensuales y de ahí, después de comprar las medicinas de la doña, tiene que pagar la electricidad, el teléfono y la comida de la familia, ese pobre matrimonio se verá en la disyuntiva de comprar la medicina de la señora o cubrir las necesidades de la familia. En la mayoría de los casos la doña se muere, por que prefiere comprar comida para que sus hijos no pasen necesidad, que comprar medicinas para prolongar su vida.
Estos casos se dan por que la mayoría de las mujeres dominicanas son más madres que mujer y prefieren morirse que ver a sus hijos pasando hambre.
Otro caso que se está dando es el de los moto-conchos que se ven en esta prerrogativa; gano 300.00 pesos diarios, tengo que comprar 223.00 pesos de medicina y tengo que gastar 250.00 pesos en la comida de la familia. ¿Qué hago? compro la medicina y dejo la familia morirse de hambre o compro la comida y me muero yo del corazón. Si el moto-concho es un buen padre terminará dándole de comer a sus hijos y el se caerá muerto de un infarto conchando en esas calles de Dios. Como me dijo uno: -yo prefiero brincar para arriba y caerme muerto, que ver a mis hijos morirse de hambre.
Imaginense ustedes los infelices que ganan el salario mínimo y tienen que comprar medicamentos para seguir viviendo. ¿Y que será de los que no tienen trabajo?
La situación es critica, muchos dominicanos están muriendo, otros terminan postrados en sillas de ruedas o en una cama en estado vegetativo.
Usted se imagina tener que preguntarse todas las mañanas: ¿qué hago, compro las pastillas o compro la comida de mis hijos?
¿Quién podrá defender a esta pobre gente?
(HRCV)
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
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Anónimo
9:28 p. m., septiembre 08, 2008
Y lo peor es que hay otros programas del gobierno que son inútiles pero consumen una enorme cantidad de dinero. Por favor señores políticos, financien primero las cosas básicas y después gasten en comparsas y espectáculos!